A Melchor no le gusta el fútbol

Los Reyes Magos dejaron el campo de Riazor semivacío. A pesar de que el Deportivo es el líder de la Liga y de que anoche se proclamó campeón de invierno pese a ser derrotado en su estadio, hay compromisos familiares que tiran más que el público, y muchos de los habituales del estadio deportivista prefirieron las compras navideñas y las cabalgatas.Aunque la gente continuó llegando algunos minutos después de iniciarse el partido, el campo de Riazor apenas cubrió 20.000 de las 35.000 localidades de su aforo. El delirante calendario impuesto por los codiciosos dirigentes del fútbol puede que alimente el negocio, pero al precio de ir vaciando los estadios.

El caso del Deportivo es bastante elocuente. Su temporada está resultando inmejorable, por Riazor ya han pasado el Barcelona y el Celta, el íntimo adversario gallego, y aun así, el estadio no se ha llenado nunca esta temporada.

El club ha presionado a las televisiones digitales para que cumplan su compromiso de no enviar la señal del encuentro a la provincia de A Coruña. A la vez, ha desatado una cruzada contra los bares que ofrecen los partidos mediante la picaresca de domiciliar en otras provincias sus suscripciones a las cadenas de pago. Pero ni así Riazor se llena.

En la jornada de anoche, además, había un estímulo adicional, porque el Deportivo y la Federación de Peñas, en una iniciativa humanitaria, regalaban una entrada a cada persona que entregase al menos un kilo de alimentos para los damnificados por las pasadas inundaciones de Venezuela.