La estrategia poselectoral

Los partidos firmantes de la Declaración de Barcelona perfilaron ayer en Santiago los contenidos del programa común con el que concurrirán a las elecciones generales, pero evitaron concretar si tras ellas seguirán una estrategia conjunta de pactos.El único que ha mostrado sus intenciones abiertamente es el BNG, que ya anunció hace tiempo su deseo de respaldar al candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia. El PNV se limita a recordar que los durísimos ataques que ha recibido del PP tras la ruptura del alto el fuego de ETA son un serio obstáculo para retomar el diálogo con los populares. Mientras tanto, CiU se refugia en la ambigüedad, aunque deja entrever que continuará su tradición de "garantizar la estabilidad".

Algunos dirigentes del BNG habían expresado en los últimos días su interés en que la Declaración de Barcelona no sea una mera plataforma reivindicativa y sirva también como un modo de establecer una estrategia conjunta de los nacionalistas sobre la gobernación del Estado. Sin embargo, no parece que coincidan con el PNV ni con CiU.

Sin aclaraciones

La reunión de ayer en Santiago, a la que asistieron dirigentes de segunda fila de Convergència (CDC), Unió (UDC), el PNV y el BNG, valió para perfilar el borrador de programa común que deberá aprobarse en Bilbao el próximo día 28, pero no aclaró si esas coincidencias en las propuestas políticas se traducirán en una actuación conjunta ante la formación de Gobierno tras los comicios.

Josep Camps, de CDC, aseguró que los nacionalistas catalanes desean que los acuerdos de la Declaración de Barcelona no se queden "sobre el papel" y anunció que influirán en su actuación en el Congreso, el Senado y el Parlamento europeo. Pero, al tiempo, insistió en que el mantenimiento de esos compromisos con el PNV y el BNG no implica necesariamente que CiU no vaya a seguir contribuyendo a "la gobernabilidad del Estado".

También recordó Camps que, ante futuros pactos, CiU perseguirá prioritariamente la consecución de más competencias para Cataluña y la reforma del sistema de financiación autonómica -el actual, a través del 30% del IRPF, expira en 2001-.

Ricardo Ansuategui tampoco adelantó la estrategia del PNV, pero resaltó que sus acuerdos con el PP les han dejado "un sabor amargo".

Por lo demás, las cuatro formaciones nacionalistas descartan plantear a corto plazo exigencias soberanistas. "Concebimos la autodeterminación como un proceso", explicó Francisco García, del BNG; "por eso proponemos medidas puntuales que permitan avanzar en la modificación de las instituciones y los símbolos del Estado".