Extranjeros
La enorme satisfacción con la que he recibido la noticia más importante de este día tan señalado para los españoles, 22 de diciembre, me ha impulsado a escribir lo siguiente:Felicidades a todos los que, no naciendo en este país, intentan vivir y trabajar sobreviviendo a la intolerancia y al desprecio de una parte del mismo. Enhorabuena por la aprobación de la Ley de Extranjería, lamentando, eso sí, que el Gobierno no haya conseguido su fin de que se aprobasen sus enmiendas para que fuera una ley "más equilibrada y más beneficiosa para los extranjeros".
Naturalmente, los extranjeros no tienen por qué tener la capacidad de captar la fina ironía de nuestro Gobierno. Pero yo, que he nacido aquí, no tengo por qué soportarla y, por tanto, expreso mi repugnancia por tener un Gobierno que dice, para justificar este lamentable error por la aprobación de la ley tal como se ha hecho, que sus socios catalanes han votado en contra de las propias enmiendas que interpusieron, olvidando que antes de interponer ellos las suyas también votaron, junto con el resto de fuerzas políticas, su aprobación.
Admito que soy intolerante, y por eso no oculto mi, no encuentro otro calificativo mejor, repugnancia ante aquellos españoles que demuestran rechazo y desprecio por los no nacidos aquí, haciendo que esta palabra, extranjero, siendo una de las más sugerentes y ricas en significados, cambie su sentido.-
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