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El obispo Uriarte atribuye a ETA y al Gobierno "inflexibilidad e impaciencia" en la negociación

El mediador entre el Gobierno y ETA durante la tregua, Juan María Uriarte, obispo de Zamora, reveló ayer que en las conversaciones observó "maximalismos e impaciencia", por un lado, e "inflexibilidad", por otro, al tiempo que mostró su seguridad en que hasta después de las elecciones no habrá avance alguno en el proceso de paz. Pese a que desconocía las palabras de Uriarte y éste no atribuyó a ninguna de las partes esos adjetivos, el portavoz del Ejecutivo, Josep Piqué, replicó a todos al atribuir al Gobierno gran flexibilidad hasta el final de la tregua y paciencia porque hizo todo lo que estuvo en su mano por evitar su ruptura. Reiteró que ETA nunca quiso la paz, sino que estaba en un proceso político "de construcción nacional".

Por primera vez desde que ETA rompió la tregua el obispo de Zamora decidió hacer públicos sus puntos de vista sobre lo que vivió. "Después de la ilusión inicial por llegar al final de la violencia el proceso se complicó a partir del verano pasado", dijo a la Cadena SER. La complicación vino porque hubo "maximalismos e impaciencias", por un lado, e "inflexibilidad", por otro, declaró sin atribuir directamente a quién correspondía cada una de esas actitudes, aunque todas las interpretaciones apuntan a que las primeras corresponderían a ETA y la falta de flexibilidad al Gobierno. Piqué salió al paso de todas ellas, si bien precisó una y otra vez que no había escuchado ni conocía las palabras de Uriarte. "Al Gobierno no se le puede acusar de impaciente, cuando se ha visto que no existía voluntad de paz; tampoco podemos aceptar que se hable de inflexibilidad porque tomamos medidas que indican lo contrario". "Se ha flexibilizado la política penitenciaria; se ha ofrecido a los huidos de Hispanoamérica que volvieran a España, y se han establecido medidas de ayuda a las víctimas del terrorismo". "Por tanto", sintetizó, "hablar de inflexibilidad o impaciencia no admite el más mínimo análisis". A continuación el portavoz se sintió en la necesidad de recordar que quien ha roto la tregua ha sido ETA y para dar muestra de que desde el Ejecutivo se fue "flexible" y "paciente", recordó que pocos días antes de que ETA anunciara el fin del alto el fuego, desde el Gobierno se había mostrado "la disponibilidad para reanudar los contactos, con un orden del día, basado en el abandono definitivo de las armas y en la paz". Pero ETA no quería la paz, repitió a modo casi de estribillo y añadió entre otros argumentos que ETA tenía cientos de kilos de explosivos preparados para "provocar muerte y sufrimiento". Flexible y paciente, insistió. "Una de las cosas que más ha repetido el Gobierno es que este proceso no era para impacientes y lo siguiente es que había que tener mucha firmeza precisamente para acreditar si existía o no voluntad de paz". Pese a sus apreciaciones, Uriarte considera que no todo está perdido y ve un "portillo abierto" para después de las generales. "El tiempo de la contienda electoral no suele ser el espacio más propicio para avances sólidos en la paz". La ruptura de la tregua ha supuesto para Uriarte "un mazazo traumático" que ha puesto "todo en peligro" pero nada volverá a ser igual tras 14 meses sin violencia. "La vuelta completa al punto cero, hacia atrás, resulta muy difícil, muy improbable". En su opinión, la Iglesia puede y debe seguir jugando un papel importante en el proceso de paz y recordó la disposición a colaborar que habían manifestado los obispos del País Vasco y Navarra, incluso expresándose con "palabras casi arriesgadas". Esa previsión del obispo de que es posible retomar el diálogo y la tregua no forma parte aún del discurso político del Gobierno, asido al hecho de que ETA preparaba un gran atentado y vigiló durante la tregua a políticos en Euskadi. De esta tesis no difiere en absoluto el PSOE aunque en los últimos días la escaramuza entre ellos y el PP se basa en un tercero, el PNV. El portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, arremetió contra el secretario general del PP, Javier Arenas, por haber afirmado que los socialistas muestran una "equidistancia" intolerable entre quienes están en el Pacto de Ajuria Enea y los que se fueron al de Lizarra. "Esas declaraciones son frívolas, irreflexivas, poco serias y poco constructivas", dijo Rubalcaba al tiempo que pidió a Arenas que "no mienta" porque, a su juicio, sabe perfectamente que el PSOE está con la Constitución y el Estatuto.

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