Historia de un gol inolvidable
Cuatro minutos se habían disputado de partido y Anelka ya había dado señales de vida. En un par de desmarques sus compañeros no le habían podido dar el balón. Hasta que le llegó a Guti, que leyó magníficamente el desmarque del francés y le mandó el balón donde a éste más le gusta. Anelka llegó antes que nadie y esquivó con habilidad la salida desesperada de Juanmi. Se escoró hacia la izquierda y consiguió pegarle con la zurda al balón, que se fue dentro sin que los defensas pudieran evitarlo.
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