El 35% de las escuelas de EEUU inculca la castidad como única opción sexual

La castidad está desplazando a la libertad sexual como modelo en EE UU. Un 35% de las escuelas imparte la abstinencia como única opción sexual, según los estudios de dos prestigiosas organizaciones, Kaiser Family Foundation y Alan Guttmacher Institute. Incluso en el resto de los colegios, donde sí se enseñan métodos anticonceptivos, la castidad aparece como principal alternativa. Un 95% de los estadounidenses apoya que la castidad sea el eje educativo. La revolución sexual del Woodstock de hace 30 años queda lejos.

Los estudios revelan que a una tercera parte de los adolescentes sólo les enseñan castidad por temor a que hablarles de los métodos anticonceptivos les dé malas ideas. Con esa política se pretende, en teoría, además de moralizar, evitar las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos de menores. "El verdadero amor sabe esperar", "Somos vírgenes y estamos orgullosos de serlo", "Simplemente hay que decir no al sexo", son lemas comunes en las aulas. Lo que no está comprobado es qué porcentaje de alumnos los siguen, porque los programas educativos federales no han medido su eficacia, pero hay indicios de que crece la tendencia a retrasar la actividad sexual.Los grupos conservadores que promueven la virginidad, como Heritage Foundation, se basan en las cifras de enfermedades sexuales, que afectan a casi ocho millones de jóvenes, y en el porcentaje de embarazos entre adolescentes, que en 1995 era un 15%, y ha bajado tres o cuatro puntos desde que se predica la abstinencia en los colegios.

El movimiento opuesto pide mantener la educación tradicional de sexo seguro, que incluye métodos anticonceptivos, hasta que no se vea que la educación puritana da resultados. Pero un 95% de los estadounidenses apoya la castidad como eje de la educación sexual, según un sondeo.

La campaña de Virginidad hasta el matrimonio es el legado de la revolución conservadora impulsada hace cuatro años por el Congreso republicano liderado por Newt Gingrich (de quien ahora se ha sabido, por testimonios en su solicitud de divorcio, que mientras predicaba castidad y monogamia engañaba a su mujer con su secretaria).

Hasta tal punto los conservadores dieron prioridad a la abstinencia, que el Congreso destinó 250 millones de dólares (45.000 millones de pesetas) del presupuesto nacional para impartirla en las aulas.