_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Extranjería

Félix de Azúa

Ahora que ya ha pasado, es tiempo de hablar de ello. Durante unos días, Occidente ha celebrado el nacimiento del dios cristiano. A diferencia de otros muchos fundadores, el dios cristiano tiene una historia "realista" y es uno de los dioses menos fantásticos del panteón mundial. Aunque los Evangelios den muy parca noticia del Día Uno, algunos elementos tradicionales de la historia de Jesús son sorprendentes. Como su anciano padre, José, un personaje entrañable y respetado por los fieles. O la peculiaridad de haber nacido en un establo porque nadie quiso dar cobijo a su madre, detalle que debemos al evangelista Lucas. Que nadie acogiera a un anciano y a una muchacha encinta es algo realmente extraño para los hábitos del mundo antiguo. Todavía hoy un rechazo semejante sería considerado propio de canallas en las sociedades tradicionales de África o América. En aquellos tiempos, la hospitalidad era un deber sagrado y mucho más si se daba el caso de acoger a un viejo y a una jovencita en trance de romper aguas. Suele aducirse que Belén estaba "lleno" con motivo del empadronamiento ordenado por Herodes, como si en aquella población funcionara una industria hotelera. A poco que se conozcan o se hayan visto recintos públicos del sigloI, amplios espacios abiertos para humanos y animales, es manifiesto que algo no casa porque en esos recintos tanto caben veinte como veintitrés. Y si no, bien pueden dejar su sitio los más jóvenes. También se trae a cuento que era preciso el aislamiento para que los Reyes de Oriente pudiesen visitar a la familia sin testigos incómodos, sólo acompañados de pastores. Pero habría sido más sencillo juntar la escena en uno de los cercados para viajeros que se habilitan extramuros de la ciudad y que aún prestan servicio en la actualidad. En fin, es notable esa necesidad de expulsión que sólo cabe calificar de profética. Como si desde su primer vagido la criatura hubiera de conocer el rechazo del mundo urbano y abrir los ojos apartado, en tierra de nadie, junto a un grupo de afectuosos nómadas analfabetos.Francamente, si hay que guiarse por la actitud de los partidos católicos, PP y CiU, en estas últimas semanas, allí seguirá, en el establo, hasta el fin de los tiempos. Los Reyes hace mucho que ya murieron y los pastores han sido sustituidos por el cuerpo de aduanas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Félix de Azúa
Nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_