La Sinfónica de Alicante busca ayuda para eludir el control político
La autosuficiencia económica se perfila como la única salida posible para la crisis de relaciones entre la Orquesta Sinfónica de Alicante (OSA) y el concejal que la creó, Pedro Romero, del PP. El abierto enfrentamiento que mantienen el edil y el director de la orquesta, Joan Iborra, ha llevado a la junta directiva a buscar otras vías de financiación distintas a la municipal para poder sobrevivir de ahora en adelante. Iborra y el resto de la junta directiva, que se reunió el lunes para analizar la situación, sospechan que la presión municipal se ejercerá por la vía económica. Si Romero decide retirar las ayudas a la OSA de los presupuestos del 2000 y suspende sus contrataciones para realizar conciertos, la orquesta perdería su principal fuente de ingresos. "Ahora comprendo por qué Romero ha hecho todo lo posible por cerrar otras vías de financiación para la orquesta que no fueran las municipales", dijo Iborra, que se mantendrá como director, al menos, hasta la asamblea que se celebrará el próximo 10 de enero.
El edil, por su parte, recordó que su departamento destina 25 millones anuales al mantenimiento de la Sinfónica, y aseguró que "a la orquesta vendrá un nuevo director durante el 2000". Joan Iborra respondió que "el concejal de Cultura no puede imponer a ningún director", en referencia a las intenciones de Romero de sustituirle por Vicente Spiteri. "No es socio y no puede hacer ningún cambio", añadió.
La réplica del político resulta sorprendente: "La Orquesta Sinfónica la creé yo, por supuesto con el respaldo del equipo de gobierno y la anuencia del alcalde, pero es mía en el sentido de creación, y después de los alicantinos". La orquesta considera " inmoral e injusta" la situación.
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