Los tenderos aceptan desalojar la plaza Mayor por 21 millones

VIENE DE LA PÁGINA 1 A pesar de la indemnización, los comerciantes del mercadillo de la plaza Mayor están apesadumbrados por la exigencia de desmontar sus puestos el 29 y no el día 1 de enero como es habitual. Así lo expresó su portavoz, Blas Calatayud: "Es problemático por el plante que va a sufrir el público. Siempre apuramos las ventas hasta el último día, pero este año va a ser excepcional", añadió. "No es de nuestro agrado la medida, porque la gente se va a encontrar con los puestos cerrados", concluyó.

Calatayud supo de la necesidad de desalojar la plaza el lunes pasado. Aun así, el primer teniente de alcalde, Juan Antonio Gómez-Angulo, aseguró que "no ha habido improvisación". "La fiesta es el resultado de un trabajo colectivo desarrollado durante meses por el equipo de gobierno para hacer que esa noche sea especial en Madrid", afirmó, y calificó el festejo de "popular, nada elitista".

Cuando los dueños de los tenderetes desalojen la plaza Mayor, el Ayuntamiento comenzará los preparativos para la macrofiesta. De los 277 millones que cuesta, 140 los pagan patrocinadores privados: El Corte Inglés, Telefónica y Repsol, entre otros. El resto lo sufragará el Consistorio con dinero público. Se levantará un escenario de 40 metros de largo por 20 de ancho en el que actuará el grupo de flamenco pop Ketama y las cantantes Rosario Flores y Marta Sánchez.

Dos horas de fiesta

Los recitales comenzarán poco después de las campanadas y durarán hasta "la 1.30 o las 2.30, para no competir con las fiestas privadas", según explicó el alcalde, José María Álvarez del Manzano. "Se ha hecho así para que la gente que vaya a la Puerta del Sol a tomar las uvas de Nochevieja se traslade luego a la plaza Mayor a pie", añadió.

Gómez-Angulo aseguró que los fuegos de artificio preparados para la macrofiesta serán "los mayores de la historia de Madrid", pero rechazó especificar cuántos kilos de pólvora se emplearán. La lluvia de estrellas comenzará en el Palacio Real y se sucederá luego por la plaza de Las Ventas, la plaza de Cibeles y la plaza de Castilla. Los responsables municipales acuñaron un término para explicar lo que persiguen: "Un efecto dominó de pirotecnia que se verá desde cualquier parte de la ciudad".

Cerca de un centenar de vigilantes privados tomarán la plaza Mayor para garantizar la seguridad. La Policía Municipal efectuará un control "ordenado pero no riguroso" del consumo de alcohol. Por su parte, el edil socialista Rafael Simancas criticó que "una fiesta de Nochevieja tan señalada no dure más de dos horas".