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El enfrentamiento entre la Feria y la Cámara de Comercio provoca la dimisión de Baixauli

El enfrentamiento entre la Feria de Valencia y la Cámara de Comercio ha sido definitivo para que el Consell retirase cualquier atisbo de apoyo al presidente ferial, Antonio Baixauli. El enrarecimiento del ambiente en la institución, con un Baixauli en el punto de mira del presidente de la Cámara, Arturo Virosque, no era para el Consell el mejor escenario sobre el que diseñar el futuro. Ayer, cuando Baixauli salió de la reunión del comité en el que anunció oficialmente su dimisión, fue escueto, pero clarificador: "El único que ha pedido mi dimisión es Arturo Virosque".

Antonio Baixauli cumplió con lo que ayer había anunciado al consejero de Industria, Fernando Castelló, y al presidente de la patronal valenciana y autonómica, Rafael Ferrando. Tras discutir el único punto del orden del día -el presupuesto para el próximo ejercicio- el presidente de la Feria de Valencia hizo pública su dimisión, que hoy mismo llegará a manos de la alcaldesa de Valencia y presidenta del patronato, Rita Barberá. "Me voy porque no quiero entorpecer el futuro de la institución", dijo Baixauli, que reconoció que no cuenta con el apoyo del consejero Castelló: "No había posibilidad de seguir otro mandato [por la falta de apoyo del Consell], por lo que lo mejor era no demorar más la situación". Según Baixauli, "es normal que cuando entra un nuevo equipo en la Administración quiera contar con las personas de su confianza para llevar adelante sus proyectos, y como desde Industria no se cuenta comigo, no quiero ser un estorbo", afirmó.El dimisionario, que será sustituido con toda probabilidad por el empresario texttil Alberto Catalá, se mostró satisfecho por la gestión realizada durante los algo más de tres años que ha estado al frente de la Feria de Valencia. "Los resultados económicos son excelentes, y hemos logrado que la sociedad asuma la necesidad de poner en marcha la modernización y ampliación del recinto ferial", aseguró Baixauli. El aún presidente de la feria -la dimisión se formalizará en la reunión que el patronato celebrará el próximo día 27 de este mismo mes- aseguró que se ha visto respaldado en todo momento por los empresarios. "Ningún empresario ha pedido mi dimisión, con una sola excepción: Arturo Virosque", dijo Baixauli. El desencuentro entre Virosque y Baixauli ha sido clave en los últimos meses. Desde los representantes de la Cámara más próximos a Virosque en la feria se ha criticado la gestión de Baixauli, al tiempo que el propio presidente cameral ha reclamado que sea la Cámara quien proponga al presidente de la feria.

Estas tensiones, que en nada contribuían a la estabilidad del equipo directivo de la feria, añadieron motivos al Consell para barajar el relevo de Baixauli antes de que finalizase su mandato el próximo junio, una idea que el Gobierno valenciano ha tenido en mente casi desde que se le nombró, ya que no era su candidato. El consejero de Industria ha vendido a Baixauli la necesidad de tener un equipo homogéneo y cohesionado para afrontar la importante inversión que supondrá la remodelación de la instalación ferial que precisa el recinto. Este ha sido el enganche utilizado por Castelló para forzar el relevo: que el proyecto de ampliación debe iniciarlo el nuevo equipo, y mientras nmo entren los nuevos dirigentes, no hay compromiso del Consell. La presión ha sido excesiva para un Baixauli que se ha resistido hasta el último momento a abandonar la presidencia.

Castelló, que ayer asistió al comité -es la primera vez que un consejero de Industria asiste a una reunión de este organismo ferial, del que no es miembro- no quiso entrar en polémica, y sin desmentir categóricamente que haya forzado la marcha de Baixauli, calificó su dimisión como "una decisión apoyada de forma mayoritaria, por entender que lo mejor para Feria Valencia es que el nuevo equipo sea elegido cuanto antes para que afronte la nueva etapa". Respecto a la ampliación, Castelló dijo que se hará sobre la base del impulso que Baixauli le ha dado.

Baixauli deja tras de si una de las etapas más polémicas de la feria, al tiempo que de las más brillantes económicamente. Ayer mismo, se cerró el último ejercicio, el 1998-1999, que supuso unos ingresos de 5.616 millones, lo que supone un incremento del 25%, el mayor de todos los que ha registrado la institución. El cash flow generado fue de 1.050 millones, de los que 500 se dedicarán a modernizar el recinto, sumándose a los 1.200 que ya constan de ejercicios anteriores para este fin.

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