Tres de los cuatro acusados de intentar matar a un taxista niegan su implicación
Tres de los cuatro jóvenes acusados de intentar asesinar y robar a un taxista de Gandia negaron ayer, en el juicio celebrado en la Audiencia de Valencia, cualquier implicación en el atraco en el que les involucra el fiscal, que solicita penas de entre 11 y 20 años de prisión para cada procesado. Los hechos juzgados ayer sucedieron el 16 de junio de 1988. Ese día, según la acusación pública, los cuatro acusados, de entre 16 y 20 años, requirieron telefónicamente los servicios de un taxi. Una vez en él, lo dirigieron hacia un paraje cercano al campo de tiro de Barx en el que conminaron al conductor a entregarles la recaudación del día.
El taxista se negó. Automáticamente, alguno de los atracadores le disparó con una escopeta de perdigones y, después, otros le golpearon repetidamente con un objeto contundente -según el forense, una piedra-y un bate de béisbol.
La víctima de la agresión estuvo hospitalizada 95 días, perdió un ojo y ha quedado incapacitada para ejercer cualquier trabajo. Difícilmente, según el médico forense, puede llevar una vida normal. De hecho, también padece dificultades a la hora de hablar. A pesar de todo, ayer declaró, acompañado y ayudado de su hijo. "Me quitaron 97.000 pesetas y, tras darme numerosos golpes y varios tiros,me dejaron tirado hecho una colilla", dijo, según informa Efe.
Los acusados, también vecinos de Gandia, no fueron tan contundentes en sus comentarios durante la vista. Sólo uno de ellos, David M. L., aceptó sus compañeros de banquillo atracaron, dispararon y apalearon al taxista.Eso sí, el no participó directamente en los hechos, porque sintió "vergüenza e impotencia ante lo que estaba sucediendo", según aseguró.
Los otros tres acusados negaron su relación directa o indirecta con el intento de asesinato. Javier F. G., Juan C. C. y Javier S. M. -el único de los cuatro procesados que está en libertad- aceptaron que se conocían y que la noche de los hechos coincidieron, aunque no todos estuvieron juntos, en un bingo de Gandia. Alrededor de las tres de la madrugada de ese día, destacaron todos, el bingo cerró y cada uno se fue a su domicilio. El taxista reconoció a varios de ellos en las ruedas de reconocimiento que organizó la Guardia Civil.
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