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FÚTBOL 16ª jornada de Liga

Olvidar el trauma de Djukic

El Deportivo no tenía tanta ventaja desde 1994, cuando perdió la Liga al final

Xosé Hermida

"Ahora ya podemos a aspirar a todo", proclamó el presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, tras el triunfo de su equipo (1-0) el pasado sábado en el gran duelo contra el Celta. Una simple ojeada a la clasificación avala las ambiciones de Lendoiro. Aún restan 22 jornadas de Liga, pero las diferencias del Deportivo sobre sus adversarios -ocho puntos al Celta, diez al Barcelona y 16 al Madrid- autorizan a pensar que, pase lo que pase al final, los coruñeses van a seguir siendo líderes durante mucho tiempo. Ahora le toca soportar el peso del primer puesto y, ante esta situación, los más veteranos de la plantilla apelan a la prudencia y evocan el recuerdo de la Liga perdida en el último minuto en 1994.Los traumas se combaten sacándolos a la luz, no enterrándolos en el olvido. Y esa fue la terapia elegida por Mauro Silva, el capitán del Deportivo, para reclamar cautela después del triunfo ante el Celta, que había vuelto a arrancar, por primera vez desde hace un lustro, gritos de "¡campeones, campeones!" en Riazor. "Hemos tomado mucha ventaja, pero esto no está concluido", advirtió el brasileño, último superviviente junto a Fran y Donato del desastre del 94. "En aquella Liga, en la que las victorias contaban aún dos puntos, llegamos a tener seis de diferencia sobre el Barça cuando faltaban 15 jornadas para el final. Y, después, ya se sabe lo que pasó".

El 13 de febrero de 1994, el dream team de Johan Cruyff vivió una de sus peores jornadas. Salió vapuleado (6-3) de La Romareda por el gran Zaragoza de Víctor Fernández y al día siguiente, toda la prensa coincidió en certificar que el Barça había perdido sus últimas opciones de ganar el título. El Deportivo de Arsenio cobraba una ventaja de seis puntos que parecía insalvable incluso para Romario, Laudrup y Stoichkov. Hasta el final del campeonato, el Deportivo acusó los efectos de la presión, pero tampoco se desplomó. De 15 partidos, sólo perdió uno, precisamente en Barcelona, aunque cedió seis empates. La trayectoria del Barça fue fulgurante: empató dos partidos y logró 13 victorias, incluida la de su visita al Bernabeu en el penúltimo partido de Liga. El penalti fallado por Djukic en el minuto 90 del encuentro final ante el Valencia completó la carambola que acreditó una vez más la leyenda de la flor de Cruyff.

Sólo Mauro Silva se atrevió el sábado a rememorar ese penoso episodio que resulta ajeno para la inmensa mayoría de sus actuales compañeros y del propio entrenador, Javier Irureta. Pero los llegados en los últimos años han podido percibir que algo amargo flota todavía en el ambiente, que un doloroso recuerdo vive enquistado en el corazón del deportivismo. "He notado", confesaba hace unos días Irureta, "que algo de ese trauma permanece dentro del club y se transmite a veces a los aficionados". Tras ganar al Celta, el entrenador también se mostró muy cauteloso: "Ocho puntos es una ventaja importante, pero con todo lo que falta de Liga nadie la puede considerar suficiente".

En todo caso, esta vez el Deportivo parece mejor preparado para resistir lo que se prevé como un largo asedio. A diferencia de la temporada 93-94, el conjunto coruñés ya está acostumbrado a manejarse en las primeras posiciones de la tabla e incluso ha alcanzado un título, la Copa del Rey de 1995. En la plantilla abundan los jugadores curtidos y con mucha experiencia en la Liga española: Songo"o (35 años), Donato (37), Mauro (32), Jokanovic (31), Fran (30), Naybet (29), Djalminha (29)...

La afición también ha madurado, se muestra más precavida y no atosiga a los futbolistas como en 1994, cuando el equipo se sintió abrumado por la responsabilidad de no defraudar las esperanzas de una ciudad relativamente pequeña -230.000 habitantes- que estaba enloquecida con el fútbol.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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