Incidentes camino del vestuario, en la grada y fuera del campo
Por la tensión que se vivió en el campo fue un derby a antigua usanza. No hubo ni rastro de los partidos de rivalidad atemperados y suaves que tanto abundan en Galicia en los últimos tiempos. La distancia en la tabla o las dudas sobre la justicia del resultado encendieron los ánimos de los futbolistas, que vivieron los últimos 2o últimos minutos agarrados de las camisetas, por los suelos o simplemente a golpe de insultos. Los dos jugadores de los que más se esperaba en este encuentro, Mostovoi y Djalminha, fueron los protagonistas de la mayoría de los pleitos, hasta el punto de que el segundo de ellos acabó expulsado.Los entrenadores lamentaron en el vestuario el cariz que tomó el partido en ese tramo final, que impidió que reluciese el fútbol que se le reconoce al Celta y al Deportivo. Lejos de solucionar las cosas el final de encuentro, la salida hacia los vestuarios encrespó de nuevo los nervios, y tuvieron que ser separados muchos de los jugadores por sus compañeros. Hasta tal punto llegó la pelea que los agentes de seguridad intervinieron en una gresca en la grada entre un grupo de aficionados y un periodista, acompañado del ex jugador del Celta Patxi Salinas, ahora comentarista de una emisora de radio.
El autobús del equipo vigués tuvo que esperar media hora para salir del estadio porque unas 3.000 personas les estaban esperando. Algunas de ellas, las mismas que lo apedrearon a su llegada.
El entrenador céltico, Víctor Fernández, encontró en ese enrarecido ambiente una de las explicaciones que impidieron a su equipo levantar la cabeza en los instantes finales. "Nadie contribuyó en los últimos minutos a que se jugase al fútbol", afirmó Fernández. A su juicio, todo lo que se vio en el derby lo puso el Celta, excepto el gol. Victor Fernández comentó que la diferencia de ocho puntos que les saca ahora el líder "puede quedar reducida en tres partidos".
Récord de partidos ganados
El deportivista Javier Irureta se refirió a un partido mucho más equilibrado, aunque no olvidó reprochar al Celta el haber renunciado a su estilo en el último momento. Irureta, añadió, además, que el triunfo les "dará más moral para seguir trabajando como hasta ahora".
"Es un triunfo muy significativo. Además de la victoria y los tres puntos, representa superar un récord de siete partidos ganados", indicó el entrenador del Deportivo, quien siguió: "Ahora nuestra situación es buena, mejor que antes del encuentro, pero no hay que confiarse ni bajar el ritmo de juego y del trabajo".
Irureta no tuvo complejo alguno al reconocer que durante la casi primera media hora su equipo no comenzó demasiado bien. "Mis jugadores no estuvieron bien situados sobre el terreno en ese periodo de tiempo. Existieron demasiadas imprecisiones y nuestros rivales fueron mejores", confesó el técnico del conjunto coruñés.
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