Democracia paritaria
Me ha sorprendido la aparente facilidad con que el PSOE ha resuelto la incorporación de un 46% de mujeres a las candidaturas al Parlamento autonómico en posiciones de salida. Es verdad que, tras el anuncio que hizo el presidente Chaves de que, en el caso de que resultara elegido para encabezar de nuevo el Gobierno, el 50% de las consejerías estarían ocupadas por mujeres, el partido no podía apartarse mucho de ese porcentaje a la hora de elaborar las candidaturas. Para que la promesa del presidente tuviera credibilidad era casi imprescindible que en la fase anterior a la formación de gobierno, es decir, en la de elección del órgano del que depende dicha formación, se siguiera un criterio similar. Si va a haber un 50% de consejeras, en el caso de que el PSOE consiga gobernar de nuevo, es lógico que haya un casi 50% de diputadas.Pero me ha sorprendido la facilidad con que se ha impuesto la aplicación del criterio. No pensé que las tensiones para elaborar las listas iban a ser en esta ocasión menores que las que ha habido en otras ocasiones anteriores. La inclusión de siete nuevas candidatas en puestos de salida y la correspondiente exclusión de siete antiguos candidatos de tales puestos no es algo fácilmente digerible por ningún partido. Pues no sólo afecta a la composición del grupo parlamentario, sino que afecta también a los equilibrios internos de poder en la propia dirección del partido.
Creo que estamos a punto de asistir a un cambio de notables proporciones en el que ha sido hasta ahora el partido más importante del sistema político andaluz. Y a un cambio que va a afectar al ejercicio real y efectivo del poder en el interior de dicho partido.
Pues la decisión que ha adoptado el PSOE supone pasar de la "política de cuotas" a la "democracia paritaria", que es algo completamente distinto. Las cuotas eran "manejables" por la dirección tradicionalmente masculina del partido. La paridad va a conducir a que ello no pueda continuar siendo así. Si se mantiene la aplicación del criterio, y es muy difícil que el PSOE pueda volverse atrás en el futuro, es el propio sistema de poder en el interior del PSOE el que se va a ver inevitablemente afectado.
Por eso me ha sorprendido la facilidad con que se ha impuesto la aplicación del criterio. No pensaba que se iban a producir tan pocas resistencias a un cambio que va a acabar afectando tanto a la dirección del partido socialista.
Pero, también por eso, me alegro de que la decisión haya sido adoptada. Creo que la mejor manera que tiene un partido para renovar su dirección es ampliando la competición en el interior del mismo. La democracia paritaria supone la mayor ampliación de todas las posibles en este momento. Aunque sus efectos todavía tardarán en hacerse plenamente visibles algún tiempo, no cabe duda de que acabarán por hacerlo. Y cuanto más pronto, mejor.
JAVIER PÉREZ ROYO
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