PANTANO DEL RUMBLAR Agua de Sierra Morena
La pizarra es el mineral clásico del suelo de Sierra Morena y el elemento que hace del pantano del Rumblar un lugar característico. Las aguas que embalsa se mantienen a lo largo del año, incluso en la estación seca, en mayores porcentajes que en otros pantanos de la provincia de Jaén y se convierte así en el que ofrece mejores condiciones para albergar una riqueza acuática procedente de los dos afluentes de los que se alimenta, el Acero y el Pinto. Hay barbos, carpas, pardillas, cornillejas. Pero sobre todo se aprecia y se busca el black-bass, una especie introducida de los Estados Unidos, que es muy apreciada por los pescadores por la suavidad de su carne.Esta especie se encuentra con las demás en el coto de pesca del Rumblar, un pantano que atraviesa el término municipal de Baños de la Encina con capacidad para 26 hectómetros cúbicos. La calidad de sus aguas también es alabada ya que, por el momento, carece de cualquier fuente de contaminación incluida la de aguas excesivamente fangosas.
El acceso hasta el Rumblar y el recorrido por sus inmediaciones se caracteriza por la vegetación de monte bajo. Jaras, encinares y alcornoques que rápidamente sustituyen el inmenso olivar que acompaña al viajero desde la autovía. Sierra Morena es aprovechamiento de caza mayor, lo que representa una multitud de cotos privados que surgen con vallas tapando gran parte del espacio natural.
El Rumblar no está incluido en el término del Parque Natural de Sierra Morena, pero en sus alrededores se padece también la limitación del espacio acotado. En el recorrido es fácil observar la cría de reses bravas, que disponen de larguísimas dehesas.
El verde impregna ahora estos campos del término municipal de Baños de la Encina, sobre los que las lluvias de este invierno han dejado ya 300 litros por metro cuadrado. Este volumen de agua se ha aprovechado pronto desde los pastos, que aparecen repletos del color del otoño.
Mirar hacia el cielo es imprescindible en cualquier paseo por los alrededores del pantano. La fauna de especies protegidas es muy importante en la zona y es fácil distinguir el vuelo de algún buitre negro que forma parte de las 40 parejas censadas en Sierra Morena. Las siluetas de los buitres leonados también se dejan ver, quizá procedentes del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.
Más impresionante resulta el vuelo del águila imperial. Entre los pantanos del Rumblar y Jándula vive una pareja de águilas, que permanece todo el año en la zona y que en 1998 sacó adelante tres pollos, un caso extraño teniendo en cuenta que lo habitual es uno.
Dos paseos salen desde el pantano con un grado de dificultad medio. El primero lleva hasta el arroyo de Andújar a lo largo de algo más de ocho kilómetros, lo que supone tres horas a pie. En la ruta se ve la presencia de la mano humana en viejos molinos, que han aprovechado la abundancia del agua en el recorrido. Ciervos, jabalíes o muflones son las especies animales que viven en un entorno lleno de jaras, acebuche y retama.
La segunda ruta es algo más larga, de unos diez kilómetros, en los que también se emplean unas tres horas a pie circulando por una zona con un desnivel de 360 metros. Lleva de Galiardes a la atalaya Bañusca por los parajes de Navamorquín, Sales de Galiarda y la huerta del Gato. Hoy es una zona en calma después de que el hombre las ocupara y explotase con cultivos en épocas pasadas.
En Navamorquín y Siete Piedras destaca un modelado de las piedras de granito, que dominan estos parajes y aparecen caprichosamente dibujadas por la acción del agua. Son formas redondeadas que se han dejado esculpir con el paso de los inviernos.
Datos de interés
Desde la Nacional IV se toma la desviación hacia la localidad de Baños de la Encina. Una pequeña carretera de nueve kilómetros termina en el dique del pantano, al que también se accede desde varios puntos señalizados dentro del término municipal. Información: 953 61 30 04.
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