El hambre
Amartya Sen, premio Nobel de Economía 1998, en su artículo Ningún país democrático permite el hambre (EL PAÍS del 5 de noviembre de 1999) dice que "nunca ha habido una hambruna grave en un país democrático, ni pobre ni rico"; según la FAO, 800 millones de personas pasan hambre, ¿sólo en las dictaduras? El hambre, ¿es sólo un problema político? o es, también, ¿un reto al mundo de la cultura? "Sólo el hambre sigue sin resolver. Incluso aumenta", así lo ha denunciado, valientemente, el premio Nobel de Literatura Günter Grass. ¿Qué hacemos en la sociedad civil para erradicar el hambre? El hambre es la vergüenza del capitalismo. ¿Qué hacen los gobiernos democráticos para evitar esta violación "global" de los derechos humanos? Veamos.En 1969, la Comisión Pearson de la UNCTAD, organización de Naciones Unidas para el Comer-
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cio y el Desarrollo, propuso el 0,7% del PNB de los países "enriquecidos" y "democráticos", para la ayuda al desarrollo de los países "empobrecidos" y "no-democráticos". Después de aprobarse en la ONU, en 1975, la declaración universal sobre la erradicación del hambre y la malnutrición, la Comisión Brandt propuso el 0,7% para 1985 y el 1% para el 2000. En 1999, la ONU advierte de que la cooperación al desarrollo ¡cae a mínimos históricos, al 0,19%! Estos datos indican que no interesa hacer nada: es la causa del fracaso de Seattle. Josué de Castro decía que "el hambre, además de ser el problema número uno de la humanidad, es el más grande descubrimiento del siglo XX".
René Cassin, uno de los impulsores de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y Nobel de la Paz en 1968, repetía que "es inútil tener libertad para votar si no se tienen fuerzas para caminar y se vive en la más absoluta miseria"; el redactor del artículo 22, sobre los "derechos económicos, sociales y culturales", puso el dedo en la llaga: sin pan no hay democracia.- .
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