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Tesoros de galeones

Una asociación madrileña pugna por rescatar milesx de pecios cargados de oro, plata y pedrería

Madrid es la sede de una organización singular. Está formada por doce personas, nueve hombres y tres mujeres. Son, en su mayoría, marinos, geógrafos e historiadores. Todos comparten una misma afección, la pasión por los tesoros que los mares albergan en su seno. Son miembros de la Asociciación Rescate de los Galeones Españoles, fundada en Madrid en 1997 por Juan Manuel Gracia Menocal, de 59 años, ex marino mercante.No buscan el lucro, aseguran, sino la documentación de la historia, y la investigación, de los hundimientos de miles de buques españoles, muchos de ellos cargados de plata, oro, pedrería y arte suntuario, que naufragaron en las rutas desde la Península y América entre 1500 y 1830.

Aproximadamente, entre un 5% y un 8% de aquellos navíos, que realizaron 17.000 travesías de ida y 7.300 de vuelta, fueron o bien hundidos por tempestades, bien a causa de un hongo, el taredo navalis, que carcomía sus bastimentos y, en menor medida, a manos de corsarios y piratas ingleses y holandeses que los saqueron. El oleaje llevó a muchos de ellos a los litorales, cuenta el ex marino, que destaca el origen madrileño de muchos de sus navegantes. "Francisco de Vargas Manrique fue un gran aventurero nacido en Madrid, al igual que Francisco Zapata y Barradas, que participó en la toma de Malta" dice Gracia Menocal. "Gregorio López Madera, médico que combatió en Lepanto, también fue madrileño", explica. "Muy pocos saben que la famosa calle del Pez", explica, "debe su nombre no a un pescado común, sino a Andrés de Pez y Malzarraga, encargado por la Corona española de la defensa de las flotas que realizaban la Carrera de Indias, la ruta de los galeones". Curiosamente, las calles de Madera y Pez se cruzan en el callejero de la ciudad.

"Solo el volumen de oro trasladado por buques españoles por estas rutas entre los años 1503 y 1660 ha sido cifrado en 985.000 kilos y el de plata, en 16.900.000 kilos, aproximadamente", señala Juan Manuel Gracia. "Hasta hoy los cazatesoros extranjeros, sobre todo estadounidenses, con legajos y documentos gratuitamente obtenidos de los archivos españoles, han realizado unos beneficios de unos 500 millones de dólares, procedentes de los caudales de galeones españoles hundidos en distintas costas americanas y españolas", se lamenta.

Pero no hay que irse muy lejos para descubrir los pecios hundidos. "Sólo entre Ayamonte y Tarifa, en el litoral de Cádiz", dice el presidente de la Asociación Rescate de Galeones, "aún yacen a escasa profundidad unos 700 navíos, con tesoros en sus bodegas valorados en unos 4 billones de pesetas. Hasta hoy, ha habido escasa atención oficial por estos asuntos", se lamenta. Precisamente, por perder a manos del corsario holandés Heyn una flota española cuya custodia tenía encomendada, el madrileño Benavides Bazán, fue encarcelado en un castillo y, posteriormente, decapitado en la plaza madrileña de San Francisco, en 1656.

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