La policía desaloja el local más simbólico de los "okupas" de Terrassa
La policía desalojó ayer por la mañana en Terrassa a los jóvenes que ocupaban el centro Vallparadís, una antigua nave industrial situada de la calle de Salmerón que se había convertido en el local más emblemático del movimiento okupa. Las tres personas que se encontraban en aquel momento en el interior salieron voluntariamente y sin que se produjeran incidentes ante la presencia de una treintena de agentes antidisturbios. Poco después se iniciaron las tareas de derribo de la nave. Un simpatizante de los okupas intentó evitarlo y acabó lesionado al caerse de la excavadora.
El joven fue trasladado a la Mutua de Terrassa en una ambulancia. En principio se aseguró que había sido dado de alta, pero anoche trascendió que Josep Maria Pi, simpatizante del sindicato CGT, seguía ingresado en el hospital en observación. En abril se hubieran cumplido tres años de la ocupación de Vallparadís, de modo que ésta es la ocupación más larga del colectivo en Terrassa, hasta el punto de que con el paso del tiempo el inmueble se había convertido en un lugar de referencia para la denominada Asamblea Okupa. Precisamente por eso cuando, hace un mes y medio, los jóvenes supieron que la titular del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 5 de Terrassa había dictado la orden de desalojo, empezaron a realizar acciones de protesta.
Acciones de protesta
La más significativa y espectacular de estas acciones fue la ocupación durante 48 horas del edificio medieval la Torre del Palau, aprovechando una de las visitas guiadas. Del mismo modo, hace unos días los okupas efectuaron un desnudo integral ante los juzgados de Terrassa para mostrar su indefensión ante esa resolución judicial. Al mismo tiempo, los jóvenes inciaron una campaña de sensibilización y crearon una plataforma cívica que agrupó a 30 entidades.
Unos trescientos okupas se manifestaron anoche por el centro de la ciudad en protesta por el desalojo. Cuando ya se había disuelto la manifestación, una treintena de personas provocaron numerosos incidentes arrojando piedras, rompiendo cristales de escaparates e incendiando contenedores. Un cohete explotó sobre un coche patrulla de la policía que persiguió a los alborotadores sin que se produjeran detenciones.
Tras el desalojo de ayer, quedan en Terrassa otras dos casas ocupadas. Una de ellas, de propiedad municipal y situada en la calle de Sant Joan, lleva varios meses habitada y el Ayuntamiento ya ha informado de que no desalojará a los jóvenes.
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