Macias anuncia un túnel de peaje en Horta y el Ayuntamiento lo rechaza

Pere Macias, consejero de Política Territorial, abrió ayer un nuevo frente institucional al afirmar que se construirá un nuevo túnel de peaje de entrada a Barcelona, esta vez en Horta, y rechazar de plano cualquier tipo de rebaja en el túnel de Vallvidrera. El Ayuntamiento de Barcelona, por boca del primer teniente de alcalde, Xavier Casas, se apresuró a rechazar la propuesta argumentando que éste es el momento de potenciar el transporte público y no de distraer más esfuerzos para el vehículo privado.

Ayer era un día propicio para la paz social en materia de transporte. A las 18.00 se realizó la firma del contrato programa del transporte público, en el que participan todas las administraciones afectadas. Por el Gobierno central acudió el vicepresidente Rodrigo Rato; por el catalán, el consejero de Economía, Artur Mas; por el Ayuntamiento de Barcelona, el alcalde, Joan Clos; por la Autoridad del Transporte Metropolitano, su presidente, el también consejero Pere Macias; por la Entidad Metropolitana del Transporte, su presidente, Celestino Corbacho. El contrato prevé las aportaciones públicas al transporte colectivo para el periodo 1998-2001. El acuerdo llega con dos años de retraso, tras duras negociaciones, y fija aportaciones de 171.171 millones de pesetas en el cuatrienio.Pero en materia de transporte la dicha nunca es total, y ayer fue también el día elegido por Macias para abrir un nuevo frente de peajes barceloneses y anunciar que el Gobierno desea que el túnel de Horta, que debe unir Barcelona con Cerdanyola y descargar de tráfico la A-18, estará listo en el 2004 y será de peaje.

El Ayuntamiento de Barcelona tardó menos de dos horas en responder que la propuesta no es de recibo y que no piensa aceptarla. El primer teniente de alcalde, Xavier Casas, replicó que no es el momento de hablar de túneles ni de nuevos peajes de Barcelona. La ciudad aún no ha visto suprimidos los pagos de la B-30, no tiene fecha para la eliminación de la tarifa de la A-17 entre Barcelona y Mollet ni hay visos de rebajas en el túnel de Vallvidrera, cuando ya se le amenaza con un nuevo peaje.

Los responsables de la movilidad ciudadana temen, además, que un túnel entre Cerdanyola y Horta no sólo no contribuya a mejorar las comunicaciones de la ciudad con el Vallès, sino que sólo sirva para colapsar el tráfico que discurre por el túnel de la Rovira. Los estudios de que dispone el municipio sugieren que es dudoso que esta vía pueda absorber un notable incremento del tráfico rodado.

Paralelamente, Macias se encontró ayer con un nuevo frente, en esta ocasión procedente del delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca, Enrique Lacalle. Macias sugirió anteayer que el consorcio hiciera una aportación financiera para facilitar la llegada del metro al polígono industrial. Lacalle le respondió ayer que en vez de andar pidiendo dinero a unos y otros, haga como la Comunidad de Madrid, que ha logrado fondos europeos para ampliar el metro.

Lacalle hizo público un comunicado en el que resume los argumentos dados al Gobierno catalán para no invertir en el metro. El primero y principal es que el responsable de destinar dinero al transporte público es el Gobierno catalán. Además, recordó Lacalle, el Consorcio no recibe ni un duro de las administraciones públicas y aporta parte de sus beneficios a la ciudad, pero entre sus competencias no está la de hacer líneas de metro.

El área industrial de la Zona Franca, explicó Lacalle a Macias, no incluye sólo el consorcio, tiene además el puerto, la zona de actividad logística, Mercabarna, la Fira 2, las instalaciones de Renfe de Can Tunis y el polígono Pedrosa. Por todo ello, Lacalle cree que el metro hasta la Zona Franca es "urgente y necesario" y debe ser financiado por las administraciones públicas si se quiere evitar el caos circulatorio en el área.