Córdoba es la universidad andaluza que consigue más plazas de mutuo acuerdo para sus objetores Cerca del 95% de los estudiantes hacen la prestación social en la institución cordobesa
La mayoría de los objetores de conciencia que realizan la prestación social sustitutoria en la universidad son estudiantes y desarrollan su trabajo en las áreas de servicios sociales y educación. En las universidades andaluzas hay un total de 265 objetores desempeñando estas tareas. Según los datos del Ministerio de Justicia, es Córdoba la que más tiene, con un total de 102. Alrededor del 95% de ellos ha conseguido hacer la prestación en la Universidad cordobesa gracias a un procedimiento de mutuo acuerdo por el que los alumnos logran quedarse en su centro de estudios.
El Servicio de Asistencia a la Comunidad Universitaria de Sevilla, SACU, recibe durante todo el curso consultas de estudiantes y profesores jóvenes, entre otros, que quieren saber todo lo relacionado con la objeción y la prestación social. Desde el SACU, y siempre informados por la Subdelegación del Gobierno en Andalucía, les ayudan a rellenar los formularios para declararse objetores y les dicen cómo y dónde pueden hacer la prestación social sustitutoria. Fernández dice que muchos de ellos se quedan en la propia universidad: "Realizan tareas de apoyo a trabajos que suelen ser administrativos, siempre sin sustituir ningún puesto de funcionario. Eso lo prohibe la ley".
Pero hay otra salida para estos estudiantes que no quieren hacer la mili ni tampoco la prestación social: "Una vez que son declarados objetores pueden pedir prórrogas para estudio o solicitar la exención por enfermedad. En el primer caso, cabe la posibilidad de que, mientras les prorrogan la prestación, desempeñen tareas de voluntariado social en alguna ONG, que luego pueden convalidarse. Si consiguen 1.194 horas de voluntariado ya no tendrán que hacer la prestación", explica Fernández.
La prestación social abarca un periodo de nueve meses y se trabajan 35 horas semanales. Muchas de estas horas pueden canjearse por trabajos de cooperación en ONG. Pero para que convaliden ese tiempo son necesarios tres requisitos: que el estudiante haya sido declarado objetor; que esté un mínimo de seis meses de voluntariado social; y que la entidad en la que preste su trabajo acoja además a objetores de conciencia. "Esta práctica les gusta mucho porque es más flexible y pueden compaginarla con sus estudios, porque no son horas consecutivas de trabajo", explica Fernández.
Hay otra forma de quedarse en la Universidad para hacer la prestación social sustitutoria. Son los objetores de mutuo acuerdo. La mayoría estudiantes, solicitan permanecer en el puesto en el que ya estaban, casi siempre en algún grupo de investigación. La Universidad debe justificar por qué se necesita ese objetor y por qué para ese puesto concreto. "Son los menos. Entre un 5% y un 10%", explica el jefe de Negociado de Extensión Universitaria en Sevilla, Agustín Martos.
Son los menos, salvo en el caso de Córdoba. Esta Universidad se marcó hace unos dos años un objetivo: tratar de conseguir todas las plazas posibles para que los estudiantes pudieran hacer la prestación en su centro de estudios superiores. Esa era la idea de Luis Ballesteros desde que se hizo responsable de esta área. "Veía cómo mis alumnos no podían acceder al mercado laboral porque estaban esperando a que les concedieran un destino para hacer la prestación", explica. Todos los años quedan alumnos en lista de espera en Córdoba, pero alrededor de un 95% consigue una plaza de las llamadas de mutuo acuerdo. Se les da prioridad a aquellos que vayan más avanzados en la carrera, porque están más próximos al mercado laboral que los que están en los primeros cursos de la titulación. En cuanto al número de objetores, a Córdoba le sigue Granada, con 61, Málaga con 30 y Cádiz con 27. A la cola está Jaén, con cuatro y Almería con 9.
La Universidad no fomenta la práctica de la prestación social en detrimento del servicio militar: "Nosotros sólo les asesoramos", asegura Reyes Fernández, desde la Hispalense.
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