Barak logra el apoyo del Parlamento israelí para reanudar esta semana las negociaciones de paz con Siria
El Parlamento de Israel decidió ayer -por 47 votos a favor, 31 en contra y 24 abstenciones- reanudar las negociaciones de paz con Siria. Con esta victoria, el primer ministro Ehud Barak podrá viajar hoy tranquilamente a Washington para encontrarse con el emisario sirio, el ministro de Asuntos Exteriores, Faruk al Shara, y reemprender un diálogo que quedó interrumpido en 1996 con la llegada al poder en Israel de la derecha liderada por Benjamín Netanyahu. El jefe del Gobierno israelí consiguió ganar ayer con esta votación la primera batalla en el interior del país a favor de un acuerdo de paz con Siria e infligir también la primera derrota a los sectores disidentes, encabezados por los colonos y el partido derechista Likud, que se oponen al diálogo por considerar que es el preludio de una traición que culminará con una retirada de la totalidad de los altos del Golán -1.200 kilómetros cuadrados conquistados en 1967 donde viven 18.000 judíos-.
Para lograr este triunfo parlamentario, Barak tuvo que emplearse a fondo y utilizar todo tipo de argumentos sociales y políticos, sin esconder en ningún momento que un acuerdo de paz con Siria "obligará a efectuar dolorosas contrapartidas", en alusión a la entrega de las colinas del Golán. El primer ministro añadió, en un tono amenazador, que un fracaso en este proceso implicaría muchos e importantes riesgos, entre otros la posibilidad de que pudiera "correr la sangre".
La política de paz planteada por Barak al Parlamento logró salir adelante gracias al apoyo de los 10 diputados de la minoría árabe, que contrarrestaron la abstención de los ultraortodoxos sefardíes del partido Shas y la oposición de la mayoría de los diputados de las formaciones que aglutinan a los judíos emigrados desde Rusia, 5.000 de los cuales residen en los altos del Golán.
Ehud Barak está obligado a dar otras dos batallas políticas en el interior del país antes de hacer efectivo cualquier acuerdo con Damasco; la siguiente cita será de nuevo en el Parlamento, cuando ya haya conseguido redactar un acuerdo que deberá ser ratificado obligatoriamente por la Cámara. La batalla más importante será la tercera y última, en forma de referéndum, que se efectuará al final del proceso, según se comprometió él mismo en el transcurso de la campaña electoral de mayo.
El mandatario israelí, con los ojos puestos en el referéndum, ha pedido la ayuda del publicista norteamericano James Carville, de 54 años, asesor de imagen de Bill Clinton. Carville ya colaboró con Barak en la campaña electoral de mayo. Este mago de la publicidad cuenta en su historial con triunfos internacionales como la reelección del presidente Bill Clinton, a quien asesoró durante el caso Lewinsky.
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