"En las casas de discos todavía lo que prima es la venta"

Ha amenizado romerías junto al panderetero Leturia, ha tocado rock con Tapia eta Leturia Band, ha recuperado viejas baladas y romances con el trío Hiru Truku y ha rescatado coplas vizcaínas junto a Xabier Amuriza. Éste es el camino que, a sus 35 años, ha recorrido el trikitilari guipuzcoano Joseba Tapia hasta llegar a Quebec, hamalau kantu indepentziarako (Gaztelupeko Hotsak), su segundo elepé en solitario. En él, un compendio de canción protesta e independentista quebequesa, repasa 14 temas compuestos por Félix Leclerc, Gilles Vigneault, Raymond Levesque, Claude Leveilee, Robert Charlebois y Paul Piché.Pregunta. ¿Cómo es su segundo disco en solitario?

Respuesta. Bueno, he elegido hacer un disco de versiones de Quebec, conocidas en la parte norte del País Vasco, pero no en la sur. He intentado guardar lo mejor posible el contenido original, tanto por las letras como por la música, pero he sintetizado un poco musicalmente, ya que muchas versiones originales tenían el acompañamiento de orquestas y arreglos bastante grandes. Para poder tocar en Euskadi pensamos que sería mucho mejor hacerlo con un cuarteto. De todas formas, más que el estilo musical, un poco de cantautor francés, lo que más me ha llamado la atención es la forma tan poética, tan bonita de decir las cosas. Por eso he elegido estas canciones y estos escritores, más que por el mensaje, por cómo dicen las cosas. Me pareció que tenían una forma de protestar muy elegante, no es una letra de protesta muy directa, como estamos acostumbrados aquí.

P. ¿Qué esconde el título 14 canciones para la independencia?

R. Hombre, estamos en una situación en la que lo de la independencia se puede entender de muchas formas, pero no es un disco de protesta para que Euskal Herria llegue a la independencia más rápido ni nada de eso. Lo que pasa es que sí tenemos bastantes paralelismos, ellos están también en una situación política de guardar la lengua, la cultura, y en eso sí nos asemejamos. Pero no es más que eso, es más metafórico.

P. Con este disco se aleja de la música tradicional.

R. Sí, no he ido a recuperar una música tradicional ni a buscar fuera del País Vasco una música en ese estilo. Es moderna, el estilo es más de cantautor. Leclerc, que ya está muerto, fue el que influyó a George Brassens, Jacques Brel y esta gente, no al revés como nos podríamos imaginar. Charlebois introduce más toques de rock, Leveilee hace obras sinfónicas, Paul Piché sí tiene más que ver con la tradición,...

P. ¿No le gusta componer?

R. Sí, lo que pasa es que lo que más me interesa no es hablar todo el rato de mi habilidad componiendo o enseñar mi destreza técnica. Cuando se necesita hay que hacerlo, pero no es mi primera intención, prefiero esperar a la inquietud, al proyecto, y decir "esto merece la pena hacerlo, voy a entrar". Si hay que componer, se compone, y si hay que hacer una versión, se hace.

P. Hiru Truku, Tapia eta Leturia, disco con Amuriza, disco en solitario ¿Tan intensa actividad se debe al reciente triki boom?

R. No. Soy un poco más independiente, me atrevo a salirme de la trikitixa o a hacer un proyecto que me interese por otras razones.

P. ¿La sobrexplotación de la trikitixa, cree que ha aportado algo a la música vasca o sólo ha sido un fenómeno comercial?

R. Yo no soy muy partidario de la moda así, que viene y se va de repente, porque no suele tener mucho que ver con lo artístico. Suele tener un interés más comercial y a mí me gusta que las cosas tengan más inquietud artística.

P. ¿Y en Euskadi que cree usted que prima?

R. Yo creo que en las casas de discos lo que prima todavía es la venta, pero que en los grupos no es así del todo. Creo que los trikitilaris siguen más sus instintos, sus ganas de hacer música, que las de vender.