Prueba para Barak

Si hay un refrán que puede aplicarse al anuncio de la reanudación de las negociaciones entre Israel y Siria éste sería: "Si algo te interesa, sé prudente". (...) La noticia de que las negociaciones van a reanudarse replantea el debate sobre un asunto que es fuente de muchas esperanzas y temores en la sociedad israelí. Desde que se firmó la paz con Egipto hace veinte años, no ha habido un objetivo más importante para la política exterior de Israel que la paz con Siria. (...) Desde los acuerdos de Camp David de 1979, Siria ha sido el portaestandarte de todos los Estados árabes que han mantenido su rechazo a Israel. La paz con Siria representa, por tanto, la conclusión del conflicto árabe-israelí. Sin embargo, hay buenas razones para pensar que esta nueva negociación es motivo más de preocupación que de alegría. En primer lugar, habrá que ver si Ehud Barak es capaz de mantener la pauta que ha establecido para llegar a un acuerdo (...), una pauta que debe proporcionar mayor seguridad a Israel. (...) Es difícil calcular el grado de seguridad de un tratado de paz, especialmente un tratado que se firma con una dictadura altamente centralizada. (...) La diferencia entre Egipto y Siria reside menos en la calidad de su enemistad histórica hacia Israel que en la forma con la que sus líderes deciden abrir una nueva página. (...) Es demasiado pronto para saber a qué acuerdos de seguridad se va a llegar, y el tipo de paz que los va a acompañar. (...) Pero, en cualquier caso, para Israel el acuerdo de seguridad más importante será la paz en sí misma. (...), 10 de diciembre