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Samaranch declarará en Washington sin tener garantizada su inmunidad

Juan Antonio Samaranch, el presidente del Comité Olímpico Internacional, comparecerá la próxima semana ante el Congreso de los EE UU para dar explicaciones sobre la elección de Atlanta como sede de los Juegos de 1996. Pero Samaranch, a quien paralelamente el departamento de Justicia pretende interrogar por el escándalo de corrupción relacionado con la designación de Salt Lake City para organizar los Juegos de Invierno del año próximo, viaja sin inmunidad diplomática. Eso quiere decir, según fuentes de Justicia, que el presidente del COI, pese a que lleva semanas negociando con el FBI para evitarlo, podría ser detenido e interrogado nada más descender del avión.

Juan Antonio Samaranch lleva meses negándose a los deseos de un gran jurado de Utah, que pretende escuchar su versión sobre el escándalo de corrupción que rodeó a la elección de Salt Lake City como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2000. El inminente viaje del presidente del COI a Washington, donde la próxima semana debe comparecer ante el Congreso de los Estados Unidos para explicar los pormenores de una designación anterior, la de Atlanta para los Juegos de verano de 1996, puede ser aprovechada por el FBI para detenerle y forzar dicho interrogatorio. Samaranch lleva semanas negociando que esto no se produzca, pero ayer fue advertido de que no tiene garantizada su inmunidad.El departamento de Justicia del Gobierno de Estados Unidos, del que depende el FBI, y los responsables del Comité Olímpico Internacional en Lausana (Suiza), llevan semanas negociando una fórmula que garantice que Samaranch no se enfrente a la amenaza de una detención la semana próxima.

Las negociaciones se han celebrado en el mayor secreto. Samaranch se ha ofrecido a encontrarse con agentes del FBI, a aceptar finalmente un interrogatorio que evita desde hace tiempo, pero no en su visita de la próxima semana, sino más adelante. El presidente del COI viaja a Washington con la única intención de atender a un comité de investigación del Congreso, el de Comercio de la Cámara de Representantes, que preside el republicano Fred Upton, sobre la elección de Atlanta 96.

El departamento de Justicia norteamericano ha aceptado la sugerencia del directivo español. Pero también le ha hecho saber a Samaranch que el pasaporte diplomático español con el que aterrizará en Washington no le garantiza su inmunidad frente a una orden judicial de búsqueda y captura. Ese pasaporte, que Samaranch conserva desde sus tiempos de embajador en Moscú, cargo que ocupó en la etapa franquista, sólo asegura la inmunidad a los diplomáticos españoles acreditados en Estados Unidos. Y no es el caso del presidente del COI.

Fuentes del departamento de Justicia norteamericano confirmaron ayer que, en teoría, Juan Antonio Samaranch podría ser detenido e interrogado a partir del momento en que abandone el avión en el aeropuerto de la capital estadounidense. Pero esas fuentes también añadieron que, para evitarle esa humillación, aceptarán la palabra del presidente del COI y optarán por esperar a otra ocasión para interrogarle.

La visita de Samaranch será la primera que realiza a EE UU desde el estallido del escándalo de Salt Lake City hace un año -la ciudad de Utah, para asegurarse su elección como sede del 2002, repartió regalos y favores entres los componentes del COI, diez de los cuales dimitieron o fueron expulsados-. Samaranch, que hace unos meses se negó a prestar testimonio ante un comité del Senado que investigaba ese asunto, no es muy popular en este país. Hace unos días, el presidente del COI declaró en Lausana que se someterá a una "entrevista voluntaria" con agentes norteamericanos en una fecha posterior, "conveniente para ambas partes". "Si el FBI quiere verme, estoy dispuesto; pero no ahora", dijo. Tras su comparecencia ante el Congreso, Samaranch viajará a España.

Antes, durante el fin de semana, Samaranch presidirá un Pleno en el que el COI afrontará la reforma más profunda de sus 105 años de historia. La composición del máximo organismo olímpico y su funcionamiento cambiarán por completo en el caso de que dos tercios de la asamblea lo aprueben.

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