Sacar conclusiones

En la pequeña sala con más encanto para el rock que ha tenido nunca la capital cerraba la gira de su disco de presentación este vecino de la Villa, que mostróse en todo momento como en casa.Coque Malla se crece y gana el escenario ante los suyos, los que saben los trucos y juegan al juego musical que él, con su encanto y su particular carisma, les propone.

Otra cosa es que la cosa funcione tan bien como antes o, al menos, que produzca la seguridad de que el nuevo terreno que se pisa es firme. Coque ha mostrado su valentía pagando su regreso discográfico del propio bolsillo, y apostando por una forma de entender el rock"n"roll que también es la propia, la que él ha tratado de plasmar desde su primer disco hasta este último, Soy un astronauta más, que es, a su vez, el primero de su carrera en solitario.

Como evidenció en el concierto ofrecido, Coque Malla se ciñe a un esquema de rock clásico, tirando a adulto, y que tiene al Bowie de finales de los setenta como guía. De él era el Héroes, que tocó en el primer bis. En cuanto a las canciones de Coque, hay algunos estribillos con pegada -Paula- y mucha autorrevelación de corte intimista tocada a medio tiempo y a veces con demasiado desarrollo instrumental -léase solos-.

Comprensible se hace que, con estos mimbres y a las alturas del partido en las que todos -incluido él- estamos, sus nuevos temas hayan pasado un tanto inadvertidos para el gran público.

Pero también es cierto que Coque Malla conserva tablas, voz personal y, sobre todo, ganas de hacer las cosas bien; tantas, como para que un buen número de fans no falte a su cita con él, pasando por alto lo vacilante de este nuevo inicio.

Él tiene ya lo más difícil: respeto del público, crédito y un hueco propio en el pop español.

Ahora tal vez vendría bien sacar conclusiones y tratar de casar lo que uno quiere desarrollar con lo que el público español realmente necesita para elevar de nuevo a un artista al lugar en el que estuvo.