Maragall no aceptará ser la víctima de un posible pacto del PSOE con CiU

Los socialistas catalanes han comunicado al PSOE que sólo avalarán un hipotético pacto en Madrid con CiU si la formación que lidera Joaquín Almunia tiene en cuenta sus propuestas y puntos de vista acerca de "lo que conviene a los intereses generales de Cataluña y a España". Lo anunció ayer Pasqual Maragall en tono solemne en el marco de la conmemoración oficial del 20 aniversario del referéndum del Estatuto de Autonomía. "Se ha acabado el tacticismo", dijo el rival del presidente Jordi Pujol para dejar claro que no está dispuesto a ser la contrapartida de un acuerdo de sus correligionarios con los nacionalistas catalanes "en aras de la gobernabilidad".La advertencia de Maragall al PSOE fue lo más relevante de un acto celebrado en el Parlamento catalán en el que los líderes de todas las fuerzas políticas reiteraron sus ya conocidas posiciones sobre la reforma del Estatuto de Autonomía. CiU pide una "relectura". El PP se opone a la reforma. Los socialistas proponen la adición de una carta autonómica que ponga al día los contenidos del Estatuto, en particular los relacionados con la legislación europea. Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa-Verds (IC-V) plantean diversas maneras de afrontar la reforma.

La reforma del Estatuto

Los socialistas catalanes están escarmentados por la experiencia vivida en la última etapa de gobierno del PSOE, en la que el apoyo parlamentario de CiU a los apurados gabinetes de Felipe González les desactivó como oposición frente a Pujol. No quieren que esto se repita si en las próximas elecciones legislativas Joaquín Almunia precisa de los votos de CiU para alcanzar la presidencia del Gobierno central y Maragall lo dijo ayer con una claridad meridiana: "Se ha acabado la supeditación de la política catalana a los problemas de la gobernabilidad española; los dos temas están relacionados". Por si quedaba alguna duda, precisó: "Que todos saquen las consecuencias oportunas".

La posición de socialistas, republicanos y ecosocialistas, en general favorable a emprender la puesta al día del Estatuto, animó a Pujol a anunciar que se propone incentivar el debate sobre lo que define, en términos muy característicos de su mentalidad, cómo conseguir "más dinero y más poder" para el autogobierno catalán. El presidente de la Generalitat insistió, no obstante, en que su posición de partida es la demanda de una "relectura" autonomista de la Constitución y del propio Estatuto. "Sólo si se demostrara que no sirve ya para el progreso material y nacional de Cataluña habría llegado el momento de cambiarlo", afirmó.

Pujol se atiene en esto al pacto con el PP en el reciente debate de su investidura como presidente. Alberto Fernández Díaz, presidente regional del PP catalán, insistió en la "vocación de permanencia" del Estatuto y la Constitución y en que su estabilidad "es un valor", porque garantiza el punto de encuentro de posiciones muy diversas. Como, por ejemplo, la del propio PP y la de ERC, que por boca de Josep Lluís Carod sostuvo que esperar relecturas como la pedida por Pujol "es esperar en vano". Y que, por tanto, lo que procede es reclamar la elaboración de un "estatuto nacional" catalán.