200 millones salvarían la vida de un hombre en Arabia Saudí
El reloj sigue avanzando, el público está entregado y el objetivo es fácil de conseguir ante los días de Ramadán que se aproximan, tan merecedores de caridad: se impone recaudar 1,3 millones de dólares (cerca de 200 millones de pesetas) para salvar la vida de un joven en La Meca. Si no se obtiene todo ese dinero, será decapitado. "Es el sentir del pueblo", asegura Saad Metrafi, un periodista local, ante la inusual expectación que ha levantado la recaudación de los cinco millones de riales saudíes teñidos de sangre que ha reclamado la familia de un hombre que fue asesinado durante una danza tradicional prohibida por el Estado.El asesino convicto fue sentenciado a muerte. Y bajo la versión saudí de la ley islámica, la pena debe ser ejecutada antes de que comience el Ramadán, el mes musulmán de ayuno, mañana o pasado por la noche. Pero la vida de un asesino condenado a la pena máxima puede ser salvada si la familia de la víctima ofrece perdón o si el condenado paga el dinero requerida para obtener ese perdón.
El baile en el que se produjo el asesinato, conocido como mismar, fue en su momento considerado una especie de elegante batalla en la cual los oponentes se batían con palos, llegándose a propinar un fuerte golpe a cualquiera de ellos que tuviera la mala fortuna de perder su bastón de lucha. Esta primitiva y agresiva forma de lucha está ahora prohibida. Prohibición que no consideró la víctima, que murió de un fuerte golpe en la cabeza.
A pesar de que los nombres de los protagonistas de esta cruel historia y la de los familiares no han trascendido, la enorme cantidad que ha solicitado la familia del asesinado por perdonar la vida del asesino ha despertado el interés de la prensa local, cuya punta de lanza está representada por el periódico Al Madinah, adonde no ha parado de llegar un pequeño pero continuado flujo de riales. "Ésta es una pequeña cantidad de dinero que quiero donar para salvar al joven de la ejecución", escribió al diario una niña de 11 años que donó 75 riales (unas 3.200 pesetas) como aportación a la campaña.
En la Edad Media
En este caso, la combinación de la tradición y de la aplicación de la justicia a través de la ley del talión mezclada con una campaña bien organizada y conducida por un medio de comunicación ha capturado a las fuerzas sociales y políticas en la Arabia Saudí de hoy en día, un país que en su esencia permanece sumido en la Edad Media, pero cuya imagen pretende ser la de aceptar la influencia del exterior y modernizar sus estructuras.
Las mujeres deben vestir cubiertas de pies a cabeza y queda terminantemente prohibida cualquier religión que no sea el islam. Pero la televisión por satélite introduce en los hogares saudíes a Papá Noel. E incluso las emisoras de televisión en manos de árabes prometen en sus espacios "lo mejor en entretenimiento occidental". Junto con todo el sexo y violencia que acompañan a la promesa.
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