Ellas son bomberos
No quieren que las llamen bomberas, son mujeres y rinden como ellos. Eva María Quiñones (25 años), Maite Blázquez (23), Teresa Pedregosa (28) y seis mujeres más, trabajan desde hace un año en los distintos parques comarcales que se integran en el Consorcio Provincial contra Incendios y de Salvamento, dependiente de la Diputación de Huelva. Se burlan del machismo que pesa sobre su profesión y animan a las jóvenes que se sienten atraídas por su trabajo a que "olviden los tabúes y hagan lo que realmente quieren".El Consorcio onubense es el único en España que cuenta entre sus filas con un grupo femenino de bomberos formado y preparado para afrontar cualquier tipo de siniestro: "Algunos compañeros siguen pensando que la integración de mujeres les va a perjudicar, porque opinan que su trabajo se encuadra en una parcela privada para el sexo masculino. Se equivocan", asegura Manuel Canelo, director técnico del Consorcio. "Ellas han realizado las mismas pruebas físicas que los hombres y están tan capacitadas como cualquier otro para enfrentarse al riesgo".
"En nuestra tarea diaria lo importante no es la fuerza bruta, que cada vez es menos necesaria, sino el trabajo en equipo. Los siniestros han cambiado y la técnica juega un papel fundamental en la resolución positiva de los mismos. Hay que demostrar destreza, habilidad, autocontrol e inteligencia", según Eva María Quiñones, que forma parte del equipo destacado en el parque de Valverde del Camino. "En mi caso particular tuve que convencer a mis compañeros de que era capaz de hacer lo mismo que ellos, pero los hombres, al igual que nosotras, también tienen que demostrar que valen".
Teresa Pedregosa, que trabaja en el parque de bomberos de Ayamonte, asegura que al principio tratan a las mujeres como si fueran diferentes, incluso gastan bromas, sobre todo cuando llega el momento de utilizar las herramientas, pero luego se dan cuenta de que puedes manejar perfectamente". Todas estas mujeres saben ya lo que es un incendio forestal, un accidente mortal de tráfico o una inundación, porque han estado en primera fila.
Maite Blázquez, la más joven de las tres, destinada en Alosno, explica sonriente que "el miedo a la muerte llega después". "Cuando te toca una emergencia no piensas en nada más que en hacerlo bien, pero cuando regresas al parque le das vueltas a la cabeza sobre lo que podría haber pasado", asegura. Lo más importante para esta joven "es el respaldo y el apoyo continuo de los compañeros".
Las nueve mujeres que trabajan en el Consorcio Provincial contra Incendios son conscientes de las múltiples críticas que reciben a diario de determinados sectores sociales, que no ven con buenos ojos que desempeñen un trabajo tradicionalmente destinado a los hombres. Per también cuentan, por suerte, "con el apoyo incondicional de las esposas de los bomberos", que las animan "en todo momento".
Los nueve parques de bomberos que se encuentran operativos en la provincia onubense no han tenido que modificarse con la integración de mujeres en las plantillas: "En cada pueblo los turnos se respetan escrupulosamente, por ejemplo, cuando ellas tienen que ducharse, ellos esperan, como es lógico", explica Manuel Canelo.
El director técnico del Consorcio afirma que en la mayoría de los parques de bomberos "aún no se ha integrado la mujer en tareas operativas, sino que se la ubica en trabajos de silla y mesa".
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