Los países pobres exigen a Europa que desmantele las ayudas a la agricultura
Una brecha se abrió ayer en medio de las compactas posiciones de la UE y EEUU en la cumbre de la OMC. El concepto europeo de que la agricultura va más allá de un sector comercial y se extiende a la cultura y las costumbres sociales comienza a ser aceptado por los agricultores estadounidenses y, por lo tanto, por el Gobierno del país. Aunque las negociaciones siguen estancadas, los delegados de la UE veían muy positivo este principio común de acercamiento.
No obstante, los países en vías de desarrollo siguen manteniendo que el carácter multifuncional de la agricultura es simplemente una treta de la UE y Japón para evitar la presión que los forzará a desmantelar su sistema de subveciones agrícolas.Los representantes estadounidenses y del grupo de Cairns (18 países agroexportadores), por una parte, han acercado sus posiciones para enfrentarlas a las de la UE y Japón. Pero, por otra, han suavizado esta posición conjunta. Según lo que ha trascendido sobre el texto final que estos países están redactando, en el mismo se menciona la férrea exigencia de la eliminación de todo tipo de subvenciones a las exportaciones, de una reducción de las ayudas domésticas. Además, se recoge el tratamiento de las preocupaciones no comerciales (base de la llamada multifuncionalidad) a través de medidas específicas, transparentes y que no distorsionen la competencia comercial. Este último añadido es el aporte de estos países para facilitar un acuerdo con la UE y Japón.
Por su parte, Bruselas estaría dispuesta a abandonar la inclusión del término "multifuncionalidad" de la declaración final al término de la cumbre de Seattle para facilitar el avance de las negociaciones. No obstante, la UE no cuenta con el apoyo de sus aliados en esta batalla comercial para esto. Suiza, Noruega, Japón y Corea del Sur rechazan ceder en este terreno y esta intransigencia ha hecho que el pesimismo aumente entre muchos de los delegados de los 135 miembros de la OMC.
La UE ha tratado de calmar los ánimos de sus socios, especialmente de Japón, asegurando que el documento que está preparando no aceptará una liberalización acelerada para los sectores pesquero y forestal y que impulsará la revisión de las prácticas de competencia desleal.
Un portavoz de la UE recalcaba que pese a estos leves acercamientos, un acuerdo para lanzar una nueva ronda de negociaciones de aquí hasta el 2003 está muy lejos. "Hay países que se sientan a negociar y no hacen ningún esfuerzo por tratar de lograr un consenso (...) Nadie se puede plantar y decir a la UE que tiene que desmantelar de inmediato su sistema de subvenciones agrícolas (...) Eso es imposible y quien negocia debería saberlo", añadió con enfado.
Lo que sí es inminente, según fuentes comunitarias, es el anuncio de la eliminación o severa reducción de los aranceles de importación para los productos de los países menos desarrollados. Pero ni siquiera esto, que supone algo muy positivo para 48 países cuya participación actual en el comercio mundial es menor al 1%, escapa a la desconfianza y crispación que ha marcado a esta cumbre.
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