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Otegi: Sería injusto presionar a ETA tras mantener 14 meses la tregua

El periodista Iñaki Gabilondo entrevistó ayer en su programa Hoy por hoy de la Cadena SER al líder de Euskal Herritarrok, Arnaldo Otegi. Éstos son algunos extractos de la conversación.Iñaki Gabilondo. Antes que nada, una curiosidad, ¿cuándo se enteró usted de que ETA anunciaba la ruptura de la tregua?

Arnaldo Otegi. Pues, creo que el sábado, cuando se anunció el comunicado en [el diario] Gara, y, a la mañana del sábado ya sabía los términos en que se explicitaba el comunicado de ETA.

I. G. Sinceramente, ¿le pilló a contrapié, señor Otegi?

A. O. Creo que nos ha pillado a contrapié a todos. Pero veníamos anunciando desde junio que el proceso atravesaba dificultades objetivas, y hemos estado desde entonces haciendo un esfuerzo evidente porque el proceso siguiera en pie, y seguimos considerando que el proceso sigue en pie, que lo importante es seguir trabajando como hasta ahora, redoblando los esfuerzos en un proceso que no debemos olvidar. Independientemente de los tintes de dramatismo que ha generado la decisión de ETA, también ETA explicita a través de un compromiso claro que está dispuesta a abandonar el empleo de las armas si realmente accedemos a un escenario de democracia para nuestro país. Queremos hacer también la lectura positiva. Ya sabemos que en los momentos difíciles como los actuales es difícil abstraerse de los tintes dramáticos que pueda tener esa decisión de ETA, pero hay que reconocer que después de 14 meses de tregua unilateral, todavía ETA sigue manteniendo una apuesta clara por el desarrollo de ese proceso.

I. G. Para imponer la política deberían decirle inmediatamente a ETA que no empuñe las armas.

A. O. Lo primero, hay que mantenerse fuera del nerviosismo lógico que ha generado la noticia, en ese sentido hemos hecho una apelación para hacer una reflexión en profundidad. Creemos que ETA señala fundamentalmente dos lagunas importantes en el proceso: una que es evidente, que ambos Estados, el español fundamentalmente, ha mantenido una posición de sabotaje permanente al proceso, una estrategia de provocación evidente, y lo segundo, que los partidos nacionalistas no hemos sido capaces de definir el proceso en sus objetivos finales y en los caminos democráticos para conseguirlo.

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I. G. De acuerdo, señor Otegi, pero sin entrar a discutir si ETA acierta o no en el diagnóstico, después anuncia que abre la acción armada. Ustedes deben decirle que no lo haga.

A. O. Lo que vamos a seguir haciendo es lo que hemos hecho en los últimos años y en los últimos 14 meses, que es trabajar fundamentalmente para que los vascos decidamos lo que queremos hacer con este país, y hacerlo no contra nadie, menos contra el pueblo español o francés. Sería una tontería plantear que no tenemos ligazones de tipo cultural y, fundamentalmente, de tipo económico con ambos pueblos. No tenemos una guerra con ningún pueblo, tenemos un contencioso con dos estados. Lo que le vamos a decir a ETA, y no hace falta decírselo porque lo sabe, es que vamos a redoblar esfuerzos para que nunca más en este país nadie mate o muera por conseguir un escenario en que la libertad de las ideas no sea un escenario real. Nuestro mayor deseo es que nunca más ocurran las cosas que han ocurrido en este país, por un lado y por el otro, no tenemos el menor empacho en decirlo, pero para eso hace falta valentía política.(...)

I. G. Entendido, pero usted ayer dijo que seguían en vigor todos sus compromisos institucionales y tengo aquí el acuerdo de colaboración que firmaron ustedes con el Gobierno vasco. (...)

[En el] entendiendo que pudieran darse durante el desarrollo del proceso algunas dificultades, "asumimos la obligación de afrontarlas y nos comprometemos a que todas las energías sean canalizadas a través de procedimientos estrictamente democráticos".Está usted comprometido personalmente. Tienen ustedes que imponer inmediatamente este principio a ETA. No pueden permitir que vuelva a las armas.

A. O. El nivel de relación entre los análisis que hagamos nosotros y los que hace ETA pueden ser coincidentes en sus objetivos finales, pero hay que tener claro que HB no ha decidido romper absolutamente nada. EH mantiene intactos todos sus compromisos adquiridos en este momento, en el terreno social, político e institucional. HB va a seguir apelando a las vías democráticas. HB no practica la lucha armada ni la kale borroka.

I. G. Por supuesto, pero ¿es incompatible ese punto de vista con que pidan a ETA que mantenga la tregua? ¿Por qué no pueden hacer eso?

A. O. Porque se cometería en primer lugar una injusticia al equiparar y dirigir la presión a una organización que ha mantenido 14 meses de tregua frente a los Estados que han mantenido una posición de absoluto sabotaje a la iniciativa política que ETA adoptó. No negamos que la decisión de ETA añade un problema al proceso. (...) De momento hay que recordar que ETA no ha roto la tregua, y es algo que no deseamos que ocurra. Lo que tenemos que hacer es generar las condiciones que permitan llegar a ese escenario, pero porque todos asumimos los compromisos que tenemos con la paz y la democracia, y mientras eso no se dé así, dirigir nuestras presiones a esa organización no nos parece justo.

I. G. Denuncie el sabotaje, haga la denuncia y en el arco general del análisis de esta situación, incluya esta petición a ETA.

A. O. Yo particularmente, y a nivel personal, no podría hacer eso, tendría que ser la Mesa Nacional de HB y no nos parece que sea la valoración que haya que hacer en este momento. Le puedo asegurar que la Mesa Nacional de HB va a hacer lo imposible para que se restituya el escenario y va a adquirir compromisos en ese sentido.

I. G. Aludiendo a la democracia y al propio ámbito vasco de decisión hay una decisión que el pueblo vasco

[tomó] en ese ámbito de una manera clamorosa hace muchísimo tiempo: decirle a ETA que no tome las armas.

A. O. Somos plenamente conscientes de que la mayoría de la sociedad vasca no está de acuerdo con el instrumento de lucha que utiliza ETA, pero hay muchos sectores que coinciden tanto en el terreno táctico con las aspiraciones de esa organización como en el estratégico, con las aspiraciones independentistas. Se nos hace difícil explicar estas cosas, pero vemos la posibilidad real de conducir este país a un nuevo escenario. Sólo hace falta voluntad política para eso, sólo hace falta valentía política y poner en el armario del olvido los intereses en muchos casos mezquinos, electorales, de cierta clase política profesional. Creo que el Gobierno británico aprendió esa lección; desgraciadamente para nosotros, la posición del presidente del Gobierno español no ha estado en absoluto a la altura de las circunstancias, una declaración como la que hizo el Gobierno británico, como la de Downing Street posibilitaría la definitiva solución del problema.

I. G. Ya que ha sacado usted el ejemplo del IRA, pasaron también algunas otras cosas allí, Gerry Adams se impuso al IRA, ¿por qué no es usted el nuevo Gerry Adams y se impone a ETA?

A. O. Si fuese tan sencillo.., no haría lecturas tan simples de eso, creo que...

I. G. Perdóneme, es que no es una lectura simple, como dentro de tres días haya un atentado, usted políticamente está muerto.

A. O. Bueno, pero ése no sería el problema fundamental.

I. G. No, pero sería una prueba de que una línea política en la que está usted depositando esperanzas se iría al abismo.

A. O. He manifestado desde el principio de mi actividad pública en el terreno de la política que lo importante no es el futuro político de Arnaldo Otegi...

I. G. Le piden ustedes una declaración al Gobierno, pero respecto a ETA tienen ustedes que marcar una raya.

A. O. Hemos declarado en numerosísimas ocasiones que una cosa es ETA y otra HB, la acción política de HB se remite a su lucha institucional y a su lucha de movilización social, y por tanto, son dos ámbitos de actuación, digamos distantes y meridianamente separados. Si somos capaces de hacerlo bien, con seriedad y con responsabilidad política, no tenemos ninguna duda de que ETA, como agente político, va a tomar en consideración lo que hagamos en los próximos días y en los próximos meses. ETA tiene legitimidad para hacer análisis políticos porque ETA es un agente político que ha propiciado un escenario de este tipo.

I. G. Yo no estoy discutiendo el derecho que tenga nadie a hacer análisis políticos, lo que estamos planteando es lo que pueda hacer ETA cuando empuñe las armas. Si la comisión permanente de Lizarra propone, por iniciativa, por ejemplo, del PNV, un texto en el que se le pida a ETA que mantenga la tregua ¿ lo apoyarán o no?.

A. O. Pues no lo sé, sería una cosa de estudiarlo, pero no estaríamos de acuerdo si se explicitara en esos términos de forma unilateral.

I. G. Y si no es unilateral, si le pide al Gobierno de Madrid cosas, y le pide también a ETA que mantenga la tregua, ya no como cosa unilateral, sino como la tercera línea del comunicado, ¿la firman?.

A. O. Bueno, eso sería cuestión de estudiarlo, en todo caso hay otros foros que se pueden habilitar, que van a ser necesarios, no sólo para hacer la reflexión política, sino para plantear iniciativas políticas concretas. Hicimos esfuerzos importantes en el sentido de alumbrar un escenario de ese tipo. Mientras manteníamos conversaciones con el PNV en una operación policial de la Ertzaintza se abatió a una militante de ETA, la izquierda abertzale fue capaz de superar aquel trago, se impuso la responsabilidad política.

I. G. ¿Hay algún tipo de margen de maniobra en estos días que pueda usted o su formación en este momento mover?

A. O. Bueno, hay que recordar los términos exactos en los que ETA manifiesta a la ciudadanía la ruptura del alto el fuego. No ha manifestado que el alto el fuego se rompe el día 3 de diciembre, sino que se reserva el derecho a partir de esa fecha a comunicar a sus comandos operativos el inicio de las operaciones armadas. Creo que no nos debemos autoimponer mentalmente plazos ni fechas, lo que tenemos que hacer es trabajar con serenidad, sin nerviosismo y con urgencia pero no porque ETA haya hecho ese anuncio, sino porque el proceso necesita de revitalización política. Sé que hoy la sociedad vive con una cierta angustia. Lo que tenemos que hacer es seguir trabajando para generar condiciones que hagan ver a ETA o que la propia organización armada valore políticamente de otra manera o que intente situar sus coordenadas de acción en otros términos.

I. G. ¿Usted se da cuenta cómo suena? Es decir: "Vamos a tener contenta a ETA para que no nos mate".

A. O. No se trata fundamentalmente de eso. Nadie quiere que exista ningún tipo de acción violenta, ni por parte del Estado ni por parte de ETA.

I. G. Parecería que ese discurso, que es un discurso en el que se apela a la inteligencia en la política, necesitaría acabar, podría acabar, tendría que acabar sin ninguna dificultad diciendo a los que quieren irrumpir en ese proceso por la vía de las armas, que no pueden en modo alguno hacerlo. La dificultad que tiene usted para hacer ese añadido sencillo es verdaderamente patética, señor Otegi.

A. O. Pues yo no lo considero así, creo que en el ejercicio de mi responsabilidad política ésa es la posición que debo mantener en estos momentos.

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