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Europeos y magrebíes pugnan por el control del tráfico de hachís en Málaga

Las redes del narcotráfico que operan en la Costa del Sol han decidido imponer a tiros su supremacía. Ésa es la causa que explica algunos de los más sangrientos crímenes que han tenido por escenario en los últimos meses la provincia malagueña. El resultado final de la disputa refleja un desplazamiento hacia el Levante de los capos magrebíes, atosigados por la violencia con la que defienden su territorio sus contrarios europeos. Los ajustes de cuentas por este motivo se han cobrado ya la vida de al menos cuatro magrebíes en los últimos meses. Pero la guerra entre los narcos no se limita al disparo a bocajarro. Las bandas también utilizan la treta para socavar la moral del enemigo: hace menos de dos meses la policía desarticuló una organización italiana, en su poder halló 700 kilos de hachís y varios cientos de millones de pesetas en liras. Todo el material era falso.Son fundamentalmente grupos de traficantes franceses e italianos los que acorralan a los marroquíes para hacerles ver que no hay mercado para todos, según aseguran fuentes de la lucha contra el crimen organizado. Éstos han terminado por ceder al hostigamiento y el primer refugio que han buscado para proseguir con el negocio ha sido la comunidad valenciana.

"Algunos marroquíes han querido pasar de barqueros a capos y eso no se perdona", indica un policía relacionado con estas investigaciones para explicar que hasta hace pocos años el papel de estos narcos norteafricanos consistía en hacer llegar el hachís desde Marruecos y colaborar con los verdaderos jefes europeos en su distribución, pero nunca hasta entonces habían decidido asumir el rol de protagonista y crear su propia organización delictiva.

La policía enmarca en esta pugna el crimen del pasado 14 de noviembre cuando dos marroquíes trataban de cerrar una transacción de hachís en la autopista de peaje, y sus compradores, un italiano y un inglés, cerraron el trato a tiros. Uno de los magrebíes murió acribillado pero su cadáver no se ha podido localizar. Su compañero escapó herido por dos balazos y pudo contar lo que supuestamente sucedió. En agosto pasado, un argelino que había salido de prisión tras cumplir condena por narcotráfico fue abatido por la espalda cuando cenaba en un local de Marbella por dos matones. Dos meses antes también fueron acribillados mientras cenaban en un restaurante de Mijas otros dos marroquíes, uno de ellos nacionalizado francés. El ajuste de cuentas también se maneja como primera hipótesis para explicar un tiroteo el pasado viernes en la urbanización El Boquetillo de Fuengirola.

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