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Hacienda, en alta velocidad

Las devoluciones rápidas complican la gestión del nuevo IRPF

Hacer cuentas con Hacienda será más fácil el año que viene para una tercera parte de los contribuyentes del IRPF, si todo funciona como está previsto. En principio, todo será tan sencillo como recibir una carta de Hacienda, rellenar unos datos y esperar, si corresponde, la devolución.Esta posibilidad está prevista para aquellos cuyas rentas del trabajo o pensiones no superen los 3,5 millones de pesetas al año, o los 1,25 millones si proceden de más de un pagador. También para aquellos que tengan intereses de cuentas corrientes, subvenciones para vivienda o plusvalías de fondos de inversión por menos de 250.000 pesetas.

Este colectivo es el más amplio dentro del impuesto sobre la renta. Según los datos de 1996, declarados un año más tarde (últimos publicados oficialmente), el 85,9% de los declarantes del IRPF lo eran por ingresos inferiores a 3,5 millones de pesetas, en su mayoría procedentes de rentas del trabajo. En total, 12,5 millones de contribuyentes sobre un total de 14 millones.

Ante lo abrumador de la cifra, la mayoría parlamentaria que apoya al Gobierno decidió, en la última fase de aprobación de la Ley del IRPF a finales del pasado año, restringir la ventaja de no declarar a aquellos que no desgraven por compra de vivienda o planes de pensiones.

También se excluye a los pequeños empresarios, por lo que la cifra de no obligados a declarar se reduce a cinco millones, la tercera parte del total. Hacienda ha diseñado para ellos un sistema que supone asumir la gestión del impuesto en aquello que le proporciona menos ingresos, menos del 30% de la recaudación.

Será la propia Agencia Tributaria quien haga la declaración a ese colectivo, pero para ello necesitará conocer algunos datos. Seleccionará al grupo de los no obligados a declarar por los resultados de 1998 y, por tanto, con probables desajustes, ya que las circunstancias pueden haber cambiado de un año a otro.

A partir del 1 de enero próximo, la Agencia enviará a estos contribuyentes una carta con los modelos de declaración de datos que deberán responder entre el 1 de febrero y el 31 de marzo. La información requerida será la situación personal y familiar, el grado de discapacidad (si procede), a quién se quiere destinar una parte del impuesto (a la Iglesia y/o a otros fines sociales) y la cuenta corriente en la que se desea recibir la devolución.

Como la casuística del impuesto es casi infinita, la Agencia ha tenido que diseñar otro modelo de comunicación de datos, más extenso, para aquellos que satisfagan pensiones compensatorias por divorcio o separación, para quienes tengan derecho a deducciones autonómicas y/o para quienes soliciten compensación por alquiler de vivienda.

Toda esta información deberá ser procesada y comprobada por la Agencia en un tiempo récord, ya que las devoluciones se quieren iniciar el 15 de marzo próximo y tenerlas concluidas el 30 de abril. Para el resto de contribuyentes, el plazo de las devoluciones se inicia en junio y termina en diciembre.

Cruces informáticos

De esos cinco millones de contribuyentes no obligados a presentar declaración, la Agencia calcula que unos tres millones tendrán derecho a una devolución de 100.000 millones de pesetas. Esto es así porque durante 1999 se les ha retenido de más.La Agencia cruzará después la información facilitada por estos contribuyentes con la obtenida de los retenedores y otras fuentes (empresas, bancos, fondos de inversión, préstamos hipotecarios, donaciones y planes de pensiones) con el fin de calcular si procede la devolución.

Para que este cruce se pueda realizar, la información de los retenedores ha de estar entregada antes de final de enero si se hace en papel y hasta el 20 de febrero si se entrega en soporte informático. En total, unos 300 millones de registros informáticos.

Lo más importante es que esa información se entregue sin errores, para lo cual se iniciará una campaña de información entre los retenedores. Se trata de evitar que se se produzcan reclamaciones posteriores que compliquen todavía más el procedimiento.

El contribuyente deberá tener a su vez la información sobre lo que le han retenido para poder comprobar si la devolución que le efectúa Hacienda es la correcta. Para ello, las empresas tendrán a su vez que adelantar esa comunicación a sus empleados sobre sus retribuciones y retenciones del ejercicio, lo que normalmente se produce en marzo.

La comodidad para el contribuyente es que, al hacerle Hacienda la declaración, no tendrá los controles posteriores que suelen dar lugar a las llamadas "paralelas" y que obtendrá su devolución antes que el resto. Pero lo más normal es que haga también sus cálculos, igual que antes, con la agravante de que, si no está de acuerdo, le corresponderá la carga de la prueba.

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