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FÚTBOL 13ª jornada de Liga

Anelka se quedó en el vestuario

El francés prefirió recibir una sesión de masaje a ver el partido

Por el palco no se vio al supuestamente lesionado Nicolas Anelka. En realidad, muy pocos pudieron dar fe de su presencia en el estadio. Y es que el francés apenas vio el partido. No apreció con sus propios ojos como se de-senvolvía un Madrid sin Morientes -sancionado- y con Raúl como única alternativa posible en la delantera. Sorprendentemente, aprovechó el tiempo de juego para recibir un masaje terapéutico en el vestuario a manos de Juan Muro, uno de los masajistas del Madrid. Ésta fue la versión oficial que transmitió el club respecto a la agenda de Anel-ka entre las cinco y las siete de la tarde de ayer. Eso sí, entre masaje y masaje, algunos periodistas a pie de campo tuvieron la suerte de ver unos instantes a la estrella francesa. Ocurrió durante el segundo tiempo, cuando Anelka asomó unos instantes la cabeza por el túnel que conduce al césped de Balaídos. ¿Y qué hizo al acabar el partido y se supone que su masaje? Quedarse a la puerta de los vestuarios, con la bolsa en bandolera y un teléfono móvil colgado de la oreja minutos y minutos. ¿Y qué hizo durante su estancia en el hotel vigués? Enclaustrarse en su habitación. ¿Y en el vestíbulo? Bolsa en bandolera y móvil plateado en marcha.Anelka había viajado a Vigo tras alegar un presunto dolor en la rodilla que, según sus familiares, se produjo en el gimnasio y, según sus amigos, al salir del portal de su casa. Lorenzo Sanz, el presidente, le obligó a viajar. Y Vicente Del Bosque, el técnico, atribuyó su presencia en la expedición a un intento por "integrar" al jugador. Por conseguir que "se sienta importante".

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Al concluir el partido, Del Bosque evitó esconderse detrás de bajas como la del francés para justificar el resultado. Reconoció la inferioridad de su equipo ante un rival que sólo le dejó rematar a puerta una vez en todo el partido. "No les pudimos arrebatar el balón, y así no se puede jugar", confesó Del Bosque.

Respecto al comportamiento timorato de su equipo, el entrenador madridista evitó las excusas. Vino a decir que la actuación del Madrid no tiene justificación posible: "El Celta es un buen equipo al que hay que tenerle respeto deportivo, pero el respeto se termina ahí; nosotros somos el Madrid, tenemos grandes jugadores y todos los que estaban hoy aquí pertenecen a la plantilla.

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