Descomposición corsa

CÓRCEGA SUFRE dos descomposiciones superpuestas: la del Estado francés y sus instituciones en la isla y la de los propios movimientos nacionalistas terroristas. Los últimos atentados, con dos bombas contra edificios públicos en la capital, Ajaccio, han causado una veintena de heridos y han puesto de relieve la falta de política francesa hacia Córcega.Los atentados estaban claramente dirigidos a producir víctimas. Por ello se consideran los más graves desde el asesinato, en febrero de 1998, del prefecto Claude Erignac. El peligro del terrorismo en Córcega aumenta con la reaparición junto al Frente Nacional de Liberación de Córcega (FNLC) de grupúsculos terroristas. ¿Despertarán estos atentados al Gobierno en París sobre la necesidad de hacer algo? Es comprensible que el Ejecutivo de Jospin no quiera negociar con los independentistas bajo la presión de las armas. Pero el Gobierno sí podría tomar medidas para evitar la degradación del Estado en Córcega.

Un informe parlamentario ha puesto de relieve una lamentable situación de las fuerzas de seguridad en la isla, con un elevado grado de absentismo laboral, mal uso de los fondos y discutibles métodos de la División Nacional Antiterrorista. Y al fenómeno terrorista se suma la presencia de las redes mafiosas. Sólo un 3% de los crímenes acaba siendo esclarecido, según esos informes, criticados por los cuatro jueces encargados en Córcega de la lucha antiterrorista por lo que consideran una intromisión del legislativo en el poder judicial.

Sea como fuere, la población se siente abandonada. Los servicios de Correos llevan dos meses en huelga. Tras los escándalos que afectaron, por ejemplo, al prefecto Bonnet, el escepticismo está haciendo presa entre la población ante un Estado que en Córcega está haciendo dejación de sus funciones. Es hora de que el Gobierno de Jospin se comprometa más en la suerte de esta isla.