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Entrevista:

"Madrid capitaneó siempre la lucha feminista"

Mabel Pérez-Serrano (Madrid, 1935) pertenece a un grupo de 32 incansables mujeres españolas que un buen día decidió recoger por escrito su memoria perdida. Querían, a través de las palabras, contarle a las nuevas generaciones el papel "fundamental" que desempeñaron las mujeres durante el paso de la dictadura a la democracia. "Nos sentíamos defraudadas porque cuando se hablaba de esa época nos olvidaban", cuenta Mabel. De allí, de esa sensación injusta de abandono, nació la idea de escribir, a 64 manos, Españolas en la transición, de excluidas a protagonistas (1973-1982), de editorial Biblioteca Nueva. Mabel Pérez-Serrano perteneció durante cinco años a la antigua Subdirección de la Mujer del Ministerio de Cultura. También tomço parte en la Asociación de Mujeres Separadas, y desde 1997 integra la asociación Mujeres en la Transición Democrática. Ahora, dice, después de muchos años de lucha, que, asegura, "han valido la pena", se ha dedicado a descansar y a "ejercer de abuela".Pregunta.¿Qué fue lo peor de la transición española para las mujeres?

Respuesta.Fue bastante más positiva que negativa. Logramos cambiar las leyes, aunque ahora haya muchas cosas que no se consiguen sólo con esas leyes.

P.¿Avanza el movimiento feminista o se encuentra en un periodo de recesión?

R.Continúa avanzando. Las mujeres que lucharon entonces siguen haciéndolo hoy, siguen llevando la voz cantante. Pero lo importante es que la gente joven sepa lo que pasó, y claro, que tomen el testigo, porque ellas ya ejercen unos derechos.

P.¿Cuáles cree que son los derechos más vulnerados de la mujer?

R.No hay derechos vulnerados. Estamos equiparados. Son los hechos los que nos afectan. El que una mujer gane menos que un hombre o que sea despedida por embarazo, por ejemplo. Es la ley la que no se lleva a la práctica. Es que todavía hay muchos hombres que quieren que seamos siervas, y eso ya pasó a la historia, por fortuna.

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P.¿Qué papel tuvo Madrid durante la transición?

R.Madrid fue siempre central, y no sólo por su posición geográfica. En aquella época todo partía de aquí. Madrid capitaneó siempre la lucha feminista.

P.En su libro se dice que la democracia no ha traído felicidad a las mujeres.

R.Muchos de los problemas que tenemos ahora no son para estar felices, pero en algunos aspectos podemos dar saltos de alegría. Hasta 1975 los maridos tenían que firmar por nosotras para abrir una cuenta en el banco o para el pasaporte. Y el 90% de la gente joven no sabe eso.

P.Entonces las mujeres ya no somos una presencia invisible.

R.Ésa es una coletilla que se ha puesto de moda, pero no, ya no lo somos. Se nos intenta hacer invisibles, pero no lo consiguen.

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