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Cerca de 300 muertos y desaparecidos en el naufragio de un barco en China

Un transbordador de pasajeros con 312 personas a bordo, que hacía el trayecto entre los puertos chinos de Dalian y Yantai, naufragó a medianoche del miércoles frente al puerto de esta última ciudad. Los equipos de socorro no iniciaron las tareas de rescate hasta ocho horas después. Sólo una treintena de personas lograron salvarse de las heladas aguas del Mar Amarillo, donde una fuerte tormenta levantaba olas de hasta cinco metros. "La mayor parte de las víctimas murieron de frío", reconoció el portavoz de la compañía marítima Yanda, propietaria del transbordador. Ayer tarde, se habían recuperado 119 cadáveres y otras 160 personas se daban por desaparecidas. Es la peor catástrofe por el hundimiento de un barco ocurrida en China en los últimos 20 años. Le precede un naufragio en el río Yangtsé ocurrido en febrero de 1994. Entonces murieron 134 personas.El transbordador tuvo los primeros problemas a las 4.30 de la tarde (hora local), al declararse un incendio en una de las tres plantas del garaje. Se dirigía a Dalian y decidió volver. Empezó a hundirse poco después de las ocho y ya estaba muy cerca del puerto de Yantai cuando, a medianoche, el capitán dio orden de desalojarlo porque el naufragio era inminente.

Los naúfragos quedaron a merced de una tempestad con vientos huracanados, olas de hasta cinco metros y temperaturas bajo cero durante toda la noche. Por la mañana, las autoridades chinas movilizaron a cinco mil soldados para participar en las tareas de rescate, pero ya con muy pocas esperanzas de encontrar a alguien con vida. Los partes oficiales subrayan que "las bajas temperaturas, el incendio, los vientos huracanados y el fuerte oleaje hicieron casi imposible las tareas de rescate". El portavoz de la compañía propietaria del barco se quejó de que éstas se demoraron demasiado.

Un superviviente, un hombre de 28 años que logró alcanzar la costa a nado, relató a France Presse que superó las aguas glaciales pensando en sus hijos. "Sólo pensaba una cosa, que debía vivir. Pensaba en mis hijos y en todas las cosas que me quedan por hacer", aseguró, para añadir que eso "le dio fuerzas". El responsable del hospital donde fueron trasladados los supervivientes aseguró que tuvieron que ser tratados de hipotermia.

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