El PP mantiene su ventaja sobre el PSOE aunque sigue perdiendo votos, según el CIS
El último barómetro político del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de esta legislatura confirmó ayer que el PP lleva perdiendo votos durante todo 1999, pese a estar en el Gobierno. Es una bajada ligera pero constante, tanto en estimación de votos como en intención directa o con simpatía. Aún así, los populares consideran consolidada su distancia con el PSOE en casi cinco puntos -4,8 según el sondeo de octubre dado a conocer ayer-, cerca de la mayoría absoluta. El PSOE descalifica estos datos por el descrédito en que se ha situado el CIS con su mala predicción en los comicios catalanes.
El último barómetro del CIS publicado en la anterior legislatura (enero de 1996) daba al PP 6,9 puntos sobre el PSOE. Michavila dijo ayer que se hizo luego otro sondeo, hasta ahora desconocido, que atinaba más y dejaba el duelo entre los dos partidos mayoritarios en sólo 1,5 puntos. La diferencia real en las elecciones generales de hace tres años fue de 1,2.Aun así, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José María Michavila, que ayer se despedía de la tarea de presentar las encuestas políticas trimestrales del CIS en esta legislatura, insistió en que el sondeo de octubre ratifica una tendencia "sostenida", por quinto barómetro consecutivo, de unos cinco puntos de ventaja en estimación de voto del PP sobre el PSOE. Michavila aprovechó para destacar que José María Aznar aumenta su cotización sobre Joaquín Almunia en valoración de líderes y en la confianza de los ciudadanos en su labor (ambos bajan su puntuación). Y ensalzó también que jamás en la historia del CIS (desde 1984) los encuestados habían puntuado tan bien como ahora la gestión de un Gobierno (la aprecian el 35,8%).
El portavoz gubernamental se permitió señalar incluso, en un tono de calculada y contenida euforia, que casi no hacía falta preguntar nada a los españoles porque "basta con hablar con la gente para ver como algo obvio el buen momento del país". Y remachó sus conclusiones con la esperanza de que las urnas, previsiblemente el próximo mes de marzo, amplíen esos actuales 4,8 puntos de margen. La estimación de voto del PP es del 40,6% (40,7% en el anterior barómetro), y la del PSOE, el 35,8% (la misma que en julio).
Michavila piensa que el PP se "ha despegado" del PSOE porque partió en 1996 de un resultado electoral de sólo 1,2 puntos, lo elevó a 4,3 en octubre de 1998, se mantuvo en esa diferencia durante 1999 (afianzándose en 4,5 en las elecciones europeas de junio pasado, las últimas de ámbito general) y ha llegado así al fin de la legislatura.
El PP, sin embargo, ha perdido votos todo este año. Llegó en el barómetro de enero a su gran techo en estimación de votos con 5,7 puntos sobre el PSOE (durante el XIII Congreso Nacional del partido). Y desde entonces, como se constata en los tres sondeos siguientes (abril, julio y octubre), ha cedido con respecto a los socialistas casi un punto en la estimación de voto y dos tanto en intención directa como cuando se suma a ese factor la simpatía hacia un partido. La tendencia del PSOE es igual de ligera, pero hacia arriba.
Aunque este tipo de variaciones pueda parecer anecdótica, es relevante para los dirigentes de los partidos. El portavoz de IU Felipe Alcaraz, por ejemplo, compareció lleno de "satisfacción" porque su formación había recuperado dos décimas desde julio. Ahora se les conceden 6,8 puntos en estimación de voto, lejos de sus nueve puntos habituales, pero suficientes para verse "determinantes".
El portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, utilizó ese dato referido a IU para demostrar, según su criterio, que la directora del CIS, Pilar del Castillo, nombrada por el Gobierno, cocina estas encuestas oficiales a favor del PP. En ese sentido, Rubalcaba comentó con ironía que IU descendía en el sondeo presentado ayer en intención directa y en voto más simpatía y sin embargo crecía en la estimación, el parámetro donde los expertos aplican sus fórmulas correctoras.
Para desacreditar más al CIS, y por tanto las optimistas declaraciones de los dirigentes populares, Rubalcaba aplicó al análisis de esta encuesta una regla de tres sobre lo sucedido en las recientes elecciones catalanas: "Si nos dieron entonces siete puntos por debajo y ganamos por uno, ahora que nos dan 4,8, hasta Michavila, que es de letras, puede hacer la cuenta".
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