Los empresarios vascos reprochan a Aznar la parálisis del proceso de paz
El presidente del Gobierno, José María Aznar, escuchó ayer reproches de la élite empresarial vasca por la parálisis que sufre el proceso de paz. La misma crítica hicieron Joaquín Almunia y Xabier Arzalluz, que ayer pusieron fin en Madrid a un largo periodo de incomunicación entre el PSOE y el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Al término de esta reunión, el secretario general del PSOE reclamó al Gobierno que busque un acuerdo de consenso sobre la política penitenciaria.
Aznar mantuvo un encuentro en Bilbao con la dirección del Círculo de Empresarios. Entre los asistentes figuraban Emilio Ibarra, copresidente del BBVA, e Íñigo Oriol, presidente de Iberdrola. Durante la charla con el presidente, algunos de los asistentes expresaron a Aznar su preocupación por la ausencia de diálogo con los partidos vascos, especialmente el PNV, y porque las posiciones de las organizaciones involucradas en el proceso de paz "están donde estaban hace un año". El jefe del Ejecutivo, que dibujó un escenario económico de pleno empleo, respondió que a su Gobierno no se le puede acusar de inmovilista y que, si hay voluntad de paz por parte de ETA, él asumirá sin miedo su responsabilidad. En la entrevista entre Almunia y Arzalluz, ambos coincidieron en criticar la posición del Gobierno en la gestión del proceso de paz, pero constataron que sus respectivas posiciones siguen siendo muy distantes al analizar cómo hay que caminar hacia la paz. "Mientras el PNV siga fiel al Pacto de Estella, es improbable la colaboración política con el PNV, porque no compartimos la estrategia que le mantiene ligado a Euskal Herritarrok", dijo Almunia tras su almuerzo con el presidente del PNV.
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