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Los padres que presencian el parto piensan que refuerzan los lazos con su pareja y con el bebé

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Ver el nacimiento de un hijo es decisivo en una relación amorosa. Los padres que acompañan a las mujeres durante el parto se sienten después más cerca de su pareja y del niño que ha nacido. Esto es lo que se desprende de una encuesta realizada por dos profesores de la Escuela de Enfermería que durante un mes preguntaron a los hombres que habían presenciado el parto en el hospital Ciudad de Jaén. La media de edad de los padres acompañantes es de 30 años. El 95% dijo que haber compartido esta experiencia refuerza los lazos afectivos.

Un 57% se mostró convencido de que la asistencia al nacimiento de su hijo repercutiría en la relación futura que mantenga con él. Entre éstos, el 22% cree que sentirá más amor y unión con su hijo.Los profesores Manuel Linares y Juan Serrano entrevistaron a los 46 padres que durante el mes de mayo del año pasado presenciaron el parto completo en el hospital. El resultado de la investigación se ha presentado este fin de semana en el III Congreso de Maternidad y Mujer que se ha celebrado en Madrid.

El 95% de los padres aseguró haberse sentido útil acompañando a la mujer en el parto, sobre todo por la sensación de dar tranquilidad a su pareja. Uno de cada cinco confesó a los investigadores que se había sentido incómodo con la situación que vivieron en el hospital, aunque cuando se preguntó el motivo, no se ofreció ninguna respuesta concreta y se marcó la casilla de "no sabe / no contesta".

Periodo expulsivo

La opinión sobre el momento más difícil de un parto se encuentra muy dividida, ya que el 55% considera que es la dilatación y el 45% responde que el periodo expulsivo.

Éste es, quizá, uno de los instantes sobre los que hay una información menor, explicaron los profesores de Enfermería, por lo que muchos padres se sintieron impresionados al ver el volumen de sangre que pierde la madre al expulsar la placenta. Sin embargo, sólo uno de cada cuatro echó en falta alguna guía educativa.

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El grado de satisfacción de los padres alcanzó una nota media de un 8,9 en una puntuación sugerida de uno a diez. Lo que todos tienen claro es que volverían a repetir la experiencia en un nuevo parto. Han visto así claramente que esta experiencia contribuirá a estrechar los lazos con su mujer y su hijo. Será decisiva a la hora de comprender la experiencia de la maternidad y su imbricación con su correlato inevitable: el papel del padre.

Manuel Linares y Juan Serrano apostaron ayer en la presentación pública de este estudio por una humanización de la sanidad que termine haciendo de los hospitales en el momento del parto un lugar lo más parecido posible a un hogar. Si esto no se produce, no creen que sea exclusivamente por la falta de medios humanos, ya que los profesionales pueden contribuir aportando una relación más directa con la mujer y con el hombre que se encuentran en una sección de maternal.

Como dato curioso, explicaron que en Houston (EE UU) se está realizando una experiencia basada en que mujeres que cobran una remuneración acompañan a la embarazada. En España ese papel, resaltaron, lo deben cumplir las enfermeras y matronas junto a los padres.

Trabajo en los paritorios

La encuesta refleja que el 67% de los hombres que vivió la experiencia del nacimiento de su hijo no cambió su forma de pensar de los profesionales que trabajan en los paritorios, mientras que el resto contestó que sí había cambiado positivamente. Además, el 70% de los padres dijo que el hecho de estar presente mejoraba la calidad de la asistencia.

La mayoría de los encuestados (57%) contestó que acompañó a su pareja por iniciativa propia, frente al 5% que lo hizo por petición expresa de su pareja y el 18% que aseguró haber tomado la decisión de forma conjunta. La mitad de los padres se había preparado especialmente para asistir al parto a través de programas de educación maternal.

La encuesta realizada por los dos profesores de la Escuela de Enfermería en Jaén refuerza, así, una postura que puede que con el tiempo se convierta en general: la presencia del padre en el parto de su mujer.

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