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Funcionarios universitarios se encierran en la Politécnica para exigir mejoras

Más de medio centenar de delegados sindicales de CCOO, UGT y CSIF y funcionarios de administración y servicios de las universidades públicas madrileñas iniciaron ayer un encierro en el rectorado de la Politécnica. Protestan contra la Administración "porque no ha cumplido su promesa de mejorar las condiciones de los funcionarios". Por otra parte, ayer se rompieron las conversaciones entre la Iglesia y los profesores de Religión, que reclaman contratos indefinidos y llevan 16 días de huelga de hambre.

Según los encerrados, los 3.000 funcionarios que trabajan en las secretarías, los rectorados, las bibliotecas y los departamentos de información, registro e informática de las universidades públicas madrileñas no tienen posibilidad de ascender de categoría, seguir cursos de reciclaje ni disfrutar de los derechos laborales y los mismos sueldos que otros funcionarios de la Comunidad de Madrid."En el presupuesto educativo para el año 2000, que ha preparado la Consejería de Educación, no aparecen los 4.000 millones de pesetas necesarios para mejorar la situación de estos trabajadores", se quejó ayer el secretario de Educación de CCOO, Jaime Cedrún.

"La Dirección General de Universidades se comprometió a suscribir un acuerdo marco para promocionar, cualificar y aumentar las plantillas de los funcionarios, pero al final no ha cumplido", denunció Pérez.

Desde la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid se echa mano de la Ley de Reforma Universitaria para responder a los encerrados: "No podemos opinar sobre el asunto, porque este personal no depende de nosotros, sino de cada universidad, que es autónoma en la firma de convenios con sus trabajadores".

La protesta denunciaba la insuficiencia de presupuesto para que las universidades, en uso de su autonomía de gestión, pudieran acordar con los trabajadores las mejoras salariales que éstos han empezado a reclamar con el encierro de ayer.

Reunión infructuosa

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Por otra parte, la reunión que el lunes mantuvieron los profesores de religión en huelga de hambre con el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, y representantes de la Consejería de Educación para resolver el problema de los contratos de este colectivo docente acabó en fracaso.Los cuatro encerrados en huelga de hambre en el instituto Blas de Otero iniciaron ayer su décimoquinto día de ayuno para reclamar el carácter indefinido de los contratos de los casi 400 docentes de religión de enseñanza secundaria que hay en la Comunidad de Madrid, frente a la posición de la Iglesia y de la Consejería de Educación, que los considera temporales.

Alfredo Sepúlveda, uno de los huelguistas, salió de su encierro para acudir a negociar con el viceconsejero de Educación, Raúl Vázquez, y el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, en una reunión que el profesor, en declaraciones a Efe, calificó de "insulto a la inteligencia".

Sepúlveda acusó al obispo de haberles mentido el pasado domingo cuando acudió a verles al instituto Blas de Otero, de Aluche, y les prometió que la jerarquía eclesiástica estaba con ellos y que accedería a sus peticiones. "Sin embargo, en la reunión, tanto el obispo auxiliar como el viceconsejero de Educación estaban de acuerdo en no ceder un milímetro y exigieron, como paso previo, la firma de los contratos temporales que se han presentado a los profesores".

Los docentes aseguran que sus contratos son indefinidos desde hace años, ya que, cuando los firmaron, a medidos de los años ochenta, no tenían fecha de conclusión y no han tenido que renovarlos anualmente como ahora pretenden la Iglesia y la Comunidad de Madrid, que gestiona desde el pasado 1 de junio la enseñanza no universitaria en toda la región.

Sepúlveda dijo que, en la reunión con las autoridades educativas y eclesiásticas de Madrid, sus interlocutores "se cerraron en banda" y reclamaron a los profesores que firmaran los contratos, ya que así lo exige el Concordato Iglesia-Estado suscrito en 1979. Sin embargo, los docentes alegan que la legislación laboral está por encima y debe cumplirse.

Para Sepúlveda, los representantes de la consejería no son más que "peleles sin argumentación manipulados por la jerarquía eclesiástica", por lo que reclaman entrevistarse en los próximos días con el consejero de Educación, Gustavo Villapalos.

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