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Desastre despúes del apagón

La electricidad estaba en el ambiente. No se recuerda en Canet d"Adri (Gironès) un cabreo vecinal tan extendido y persistente como el que se fraguó durante el apagón que mantuvo al pueblo más de dos días marginado del suministro eléctrico. Sus habitantes se encuentran entre los peor parados de un total de 20.000 abonados que sufrieron cortes de luz de diversa duración en las comarcas de Girona a lo largo del pasado fin de semana. Muchos de ellos se plantearon reclamar judicialmente por los daños sufridos, aunque la mayoría ha abandonado esta pretensión ante lo costoso y dilatado de un proceso civil. Lluís Noguer, propietario de un restaurante de Canet d"Adri, iniciaba ayer por la tarde el inventario de los productos que se echaron a perder durante el apagón. Posee dos cámaras y dos congeladores, habitualmente repletos de comestibles. Helados y productos cárnicos diversos, entre ellos algunos jabalíes, no sobrevivieron a los dos días sin electricidad. Noguer valora en un millón y medio los daños sufridos, en los que cuenta la reparación de una máquina de cubitos y un foco que se estropearon con los cambios de tensión. Confía en que el seguro se haga cargo de todo, aunque se lamenta del negocio perdido en un fin de semana.

La empresa de lácticos Rocacorba ha sufrido también unas pérdidas próximas al millón de pesetas. Además de tirar parte de su producción, sufrió averías en algunos aparatos. Los electrodomésticos averiados no constituyen una excepción en las zonas con cortes de luz y los servicios técnicos de reparaciones les atribuyen una relación directa con algunos de los aparatos que les han llegado esta semana. La mayoría de los afectados que han sufrido pérdidas por los apagones aseguran que se curarán en salud adquiriendo un generador.

Xevi Esteva, propietario de otro restaurante de la zona, ya contaba con este aparato, que le permitió atender a una menguada clientela. "Con los apagones la gente no se mueve de casa", asegura, aunque inmediatamente recuerda la excepción que confirma esa regla: una familia con hijos estuvo prácticamente abonada a su restaurante durante los dos días porque todos sus aparatos, fogones incluidos, funcionaban con energía eléctrica.

El abogado Francesc García Rafanell, que reside en el municipio de Canet d"Adri y a quien los vecinos comunicaron su primera intención de querellarse "en bloque" contra la compañía, asegura que los ánimos se han calmado y que pocos desean emprender un pleito largo, costoso y cuya resolución podría apelarse. No obstante, está convencido de que los que opten por esta vía pueden acabar cobrando. "Se trata de demostrar que las líneas están en mal estado, cosa que parece evidente", afirma el letrado. Ayer mismo el consejero de Industria, Antoni Subirà, admitió estas anomalías. El problema, según García, está en encontrar los peritos capaces de atestiguar esto en un juicio. La compañía Enher está sobrada de técnicos dispuestos a declarar que cualquier línea está en perfecto estado y la parte contraria se verá en el brete de encontrar técnicos de la misma capacidad dispuestos a enfrentarse a ellos. "Enher es un auténtico poder fáctico", asegura el letrado.

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