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Las elecciones en Bancaixa apenas alteran el color político de sus órganos de gobierno

El proceso electoral abierto en Bancaixa no alterará sustancialmente la correlación de fuerzas políticas en sus órganos de gobierno. El bloque liderado por el PP tendrá una mayoría holgada, 107 de 200 consejeros, pero no la suficiente para aprobar una fusión con otra caja en solitario. El otro bloque, que agruparía al PSPV, EU, UCE y una parte de los empleados, tendría 83 consejeros. La fusión entre Bancaixa y la CAM, prevista para el 2000, explicaría la búsqueda por parte del PP de un acuerdo con la oposición pese a gozar de mayoría absoluta desde las elecciones del 13 de junio.

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Mayorías absolutas diferentes

Los populares quieren que la fusión entre Bancaixa y la CAM se formalice en la primera mitad del 2000 y para ello necesitan un interlocutor válido en la oposición con el que negociar porque, entre otras cuestiones, conserva en Bancaixa el tercio necesario para vetar esta operación, pospuesta una y otra vez. Sólo así se explica que el PP, con mayoría absoluta en el Parlamento valenciano, haya negociado con el PSPV una futura asamblea que apenas altera la composición de la actual. Los populares gozarían el próximo año, concluidas las elecciones, de una mayoría en la asamblea de Bancaixa parecida a la actual. Concretamente contaría con 107 consejeros de 200, mientras el bloque afín al PSPV, exceptuados los 10 consejeros de la entidad fundadora, contaría con 83 representantes. Los populares añadirían dos o tres consejeros en la asamblea.

Hoy, precisamente, concluye el plazo para que cuatro de los cinco sectores representados en la asamblea de la caja presenten su lista de consejeros. En el grupo de la Generalitat, que propone a 28 representantes, los grupos de las Cortes Valencianas apuraron el límite para la presentación de la lista, que será votada y aprobada en un pleno extraordinario convocado para esta mañana. La candidatura, que incluye a 18 consejeros propuestos por el PP, nueve por el PSPV y uno por EU, lleva la firma de los portavoces de los tres grupos, aunque eso no quiere decir que todos estén satisfechos con su composición. Los portavoces socialista, Antonio Moreno, y de EU, Joan Ribó, lamentaron ayer que no se haya respetado la proporcionalidad de la Cámara, que hubiera arrojado un reparto diferente: 15 representantes del PP, 11 del PSPV y 2 de EU. Los populares han incluido en su propuesta a Asunción Francés, presidenta de la Asociación de Amas de Casa Tyrius y asesora del presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana.

En cuanto a las corporaciones locales, 22 eran los ayuntamientos con derecho a un asiento en la asamblea. De los 28 consejeros elegidos por este grupo, los populares y grupos afines tendrían alrededor de 19 y el resto sería para el PSPV y EU. El Ayuntamiento de Valencia es el único que designa a más de un consejero, concretamente a siete, todos propuestos por el PP. Éstos fueron designados ayer por la alcaldía y son: Julio de Miguel, actual presidente de la caja, Arturo Virosque, el alcalde de Segorbe, el popular Rafael Calvo, el secretario de Telefónica, José María Mas, Carmen Sendra, Gustavo Fuster y Angelino Torres.

Por la Real Sociedad Económica de Amigos del País, entidad fundadora de la caja de ahorros, se ha presentado una lista encabezada por su presidente, Francisco Oltra, virtual representante por este grupo al consejo de administración de Bancaixa. Luis Aguiló, José Díaz, José Asensio, Juan José Vilatá, Ana Botella, Manuel Portolés, Miguel Ferrando, Francisco Gregori y José María García Álvarez completan la lista.

La negociación para cubrir los 28 puestos del grupo de impositores está abierta, y el propósito es que la Unión de Consumidores (UCE) - afines al PSPV- y la Asociación de Impositores-Amas de Casa Tyrius -aliados del PP-, se repartan la representación al 50%. Este grupo dispone de plazo para formalizar sus candidaturas hasta el 22 de noviembre.

La elección más polémica se ha producido en el grupo de empleados, que elige a 13 consejeros. Aquí, el Sate se ha adjudicado seis representantes, uno de ellos por dos años; UGT, tres; CC OO tres, uno por dos años, y CSI-CSIF, uno. El Sate desató el conflicto cuando su secretario general, Juan Pérez, dimitió del consejo de Bancaixa la pasada semana, dos años antes de lo previsto. Según fuentes sindicales, con vistas a renovar su puesto, pero por cuatro años. UGT y CC OO quedarían así descabalgados del máximo órgano de decisión de la caja a pesar de que, juntos, superarán al Sate en la futura asamblea. El presidente de Bancaixa, Julio de Miguel, se opone a esta maniobra porque torpedearía la fusión.

En el consejo tampoco variaría en exceso la correlación de fuerzas. Por el PSPV repetirá el empresario Ramón Cerdá y se baraja la entrada del ciscarista Víctor Fuentes.

El acuerdo alcanzado en la Fundación Bancaixa es que Julio de Miguel conserva la presidencia y el hasta ahora presidente de la Comisión Permanente, el socialista Ricard Pérez Casado, pasaría a ocupar una vicepresidencia de nueva creación.

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