Viajeros
NEGRITASEn estos días de frío y agua la ciudad se ha quedado un poco huérfana de liderazgo. Juan Fraile, el presidente de la Diputación, se fue primero a Tailandia y luego a Londres, a la World Travel Market, una feria mundial de turismo. Y allí se marchó también, llena de energía, la alcaldesa Celia Villalobos, a promocionar las maravillas de Málaga con la ayuda de un CD Rom que permite hacer un recorrido virtual por la ciudad de Picasso, y muestra a los visitantes "perspectivas desconocidas". Desconocidas, dice. ¿Históricas? ¿Picasso en pantaloncitos cortos por la Plaza de la Merced, que entonces tenía árboles? ¿Subterráneas? ¿Aparcamientos, túneles, alcantarillas, cimientos, agua? ¿O se trata simplemente de la Málaga de los proyectos? La ciudad del AVE, con su estación de lujo y todo; la de las vías férreas soterradas y ajardinadas; la del Palacio de Ferias y Congresos bien terminadito, con sus azafatas vestidas de azul; la del Centro de Arte Contemporáneo, sobre el ruinoso Mercado de Mayoristas; la del Palacio de los Deportes firme, reluciente y lleno de aficionados del Unicaja; la del Estadio de la Rosaleda reforzado y ampliado; la del Túnel de la Alcazaba funcionando en todos los sentidos. Es lo bueno que tiene la realidad virtual. Como para ver todas estas cosas con los ojos de andar por casa habría que esperar un poco, y, además, rezar minuciosamente a todas las divinidades y administraciones disponibles, uno se adelanta unos cuantos años y ya está. En la pantalla el mundo tiene mejor aspecto, está más limpito, no hay sorpresas desagradables, obras fallidas ni excrementos de perro. Eso ayuda mucho a la hora de gobernar. Y hablando de gobernar. Si las autoridades turísticas aceptan sugerencias, aquí va una. Pasa que los jabalíes de las sierras de Marbella suelen bajarse a los campos de golf a buscar comida y agua, y, en sus arrebatos de entusiasmo porcino, destrozan la superficie aterciopelada de los greens con los colmillos. ¿Cómo sacar partido a esta situación, que atenaza los estómagos de los jardineros cada mañana? Pues, como dicen los expertos, aprovechando las sinergias: ofreciendo un programa doble. Juegue usted unos hoyos, en plena naturaleza, y si cuando está en ello se le cruza un jabalí, le pide la escopeta al caddie y le da unos cuantos tiros. Y si hay suerte se lo pueden comer allí mismo, sobre el césped. Que el club de golf ponga el vino, y todos contentos.MARÍA HERNÁNDEZ MARTÍ
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