ANTE EL TERCER CONGRESO Trascendencia del turismo en la sociedad andaluza

Está plenamente contrastado que vivismos una nueva época dorada del turismo español en general y del andaluz en particular. Ciclo de expansión que, a tenor de todos los análisis prospectivos, puede durar al menos un par de años más, salvo que se produzca algo inesperado que altere radicalmente las circunstancias macroeconómicas y financieras actualmente vigentes y origine un brusco cambio del ciclo. Una época en que están mejorando todos los sectores y segmentos turísticos tanto cuantitativa como cualitativamente.Pero la bonanza actual no debe hacernos caer en la complacencia de lo bien hecho ni de los espectaculares beneficios que se están obteniendo, sino que, por el contrario, debe servir de acicate para abordar en mejor situación los importantes retos que nos brinda el futuro. Retos tales como la implantación plena del euro con todas sus secuelas económicas y monetarias, la recuperación por otros destinos mediterráneos de su tradicional cuota turística, la competencia de los destinos turísticos emergentes, las crecientes exigencias de calidad por parte de los consumidores, las nuevas tecnologías en la gestión de la oferta y de la demanda, etcétera.

En lo concerniente a Andalucía, los datos correspondientes a 1998 y los avances para 1999 han puesto de relieve que el turismo medio a través de las pernoctaciones hoteleras ha crecido más que en cualquier otra región turística española continuando una tendencia expansiva que ya dura un quinquenio, y que ha situado a Andalucía en el segundo lugar entre las regiones españolas después de Baleares.

Y si estamos creciendo globalmente, es importante señalar que lo hacen también, a mayor ritmo, precisamente las provincias andaluzas cuyo desarrollo turístico estaba más atrasado: Jaén y Córdoba; todo lo cual es síntoma de que las nuevas modalidades de turismo de interior están empezando a desempeñar un papel de creciente relevancia cuya singularidad, o cuya complementariedad con otros segmentos como el tradicional de sol y playa, está sentando las bases de una nueva oferta turística global andaluza con una multiplicidad de atractivos que, en su interrelación, constituye el mejor fundamento para alcanzar la máxima estabilidad de las corrientes turísticas que, a la postre, se traducirá en garantía de continuidad del crecimiento económico.

Todas estas y otras muchas otras cuestiones serán analizadas y debatidas en el Tercer Congreso Andaluz de Turismo que organizan las Cámaras de Comercio de nuestra comunidad y que se celebrará en Torremolinos los próximos días 24, 25 y 26 de noviembre. Si ya en el primero celebrado en 1992 se acordó pedir a la Junta de Andalucía la creación de una consejería especialmente dedicada al turismo, que es una feliz realidad, la coincidencia del debate de la nueva ley de Turismo en el Parlamento andaluz, y de las óptimas circunstancias por las que está atravesando el sector actualmente, con este tercer congreso significa una gran oportunidad para exponer, analizar y debatir trabajos de investigación y experiencias turísticas múltiples que tienen en este congreso el foro adecuado para darlos a conocer a los especialistas y a todo el empresariado andaluz, continuando de esa manera con el imprescindible proceso de concienciación a toda la sociedad andaluza de las trascendencia del turismo para todos, por los efectos directos e indirectos para el resto de la economía andaluza que se derivan de la actividad turística. Una actividad que, en suma, genera el 28,5% del total de la renta andaluza.

Rafael Esteve Secall es profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga.