Chaparrón de estrellas
Las fugaces Leónidas, que empezarán a verse mañana, llegan este año con una intensidad excepcional
Los próximos días se avecina un auténtico espectáculo de fuegos naturales en el cielo. La lluvia de estrellas fugaces que se produce cada año entre el 16 y el 18 de noviembre, conocida como Las Leónidas, tendrá este año una intensidad excepcional, comparable, según los expertos, a las de 1799 y 1833, cuando pudieron contemplarse hasta 100.000 por hora.El fenómeno se ve acompañado este año por una nueva zona de producción de estrellas fugaces, ya que la Tierra cruza en estos días la estela dejada por el cometa 1999 J3, descubierto en fecha muy reciente, el pasado mayo.
La cara oscura y más preocupante del espectáculo es el peligro que correrán los satélites artificiales en órbita terrestre, que podrían sufrir diversos daños si son golpeados por estos minúsculos trozos de roca, ya que, aunque la mayoría tienen apenas el tamaño de un grano de arena, caen sobre la atmósfera terrestre a una velocidad de hasta 45.000 kilómetros por hora.
Los principales operadores de satélites artificiales tienen previsto mantener una vigilancia especial durante los días en los que se produce el fenómeno para evaluar los posibles daños, aunque el riesgo es, según la NASA muy pequeño.
Las estrellas fugaces, brillantes trazas luminosas perfectamente visibles durante la noche, se forman cuando estos granos de arena cruzan la atmósfera, donde la fricción los calienta hasta temperaturas superiores a 1.700 grados centígrados. Los granos se evaporan y emiten luz durante el proceso. La mayor parte de ellos no llegan por tanto a la superficie terrestre, salvo algunos de los más grandes, aunque no suelen suponer peligro alguno para la población.
El origen de estos granos rocosos son los cometas, que al acercarse al Sol se van calentando y desprendiendo de parte de su masa, formando la famosa cola visible en ocasiones desde la Tierra. Gran parte de este material queda flotando en el espacio en una zona determinada. Cuando la Tierra atraviesa esa zona, las partículas, atraídas por la gravedad terrestre, se precipitan sobre nuestro planeta. Las Leónidas son los restos dejados por el cometa Tempel-Tuttle, cuyo periodo de retorno es de 33 años.
Datos desde 1100
Cada año, la Tierra atraviesa la zona donde se cruzan las órbitas del cometa y del planeta en torno al 17 de noviembre, produciéndose la lluvia de estrellas. Cada 33 años, se produce una lluvia de especial intensidad y existen datos sobre el fenómeno en fechas tan lejanas como el año 1100. El mismo fenómeno se produce al atravesar por la estela dejada por otros cometas y así ocurre el 4 de enero con la Quadrántidas, el 11 de agosto con las Perseidas y el 21 de octubre con las Oriónidas. Las Leónidas son, sin embargo, las que mayor número de meteoros producen y por tanto las más espectaculares.Los astrónomos se mantienen expectantes estos días ante la posibilidad de que se haya generado una nueva zona de lluvia de estrellas, ya que la Tierra está cruzando la estela dejada por un cometa recién descubierto, el 1999 J3, detectado el pasado 12 de mayo, y que cruzó la órbita terrestre a finales de septiembre.
Aunque fue un cometa de escasa luminosidad e importancia, lo reciente de su paso por las cercanías del Sol podría producir una lluvia estelar, cuya intensidad los expertos no han podido calcular y que será especialmente visible desde Asia.
El fenómeno será además observado por cientos de estudiantes. Más de 60 centros de enseñanzas medias de toda España usarán el cielo como su propio laboratorio la noche del día 17, para observar con rigor de astrónomo la lluvia de meteoros de las Leónidas. Usarán como material de trabajo la unidad didáctica preparada por investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), autores de la idea.
Los materiales, aún disponible en Internet (http://www.iac.es/educa/leo99) para quienes quieran participar, están pensados para profesores de Ciencias Naturales y para los de los talleres de Astronomía de educación secundaria obligatoria y bachillerato; explica cómo hacer las observaciones y da fichas para que los alumnos las rellenen con sus datos. No les harán falta más instrumentos que los propios ojos y ropa abrigada.
Comprender el fenómeno
El objetivo es que "los participantes se familiaricen con la recogida de datos, obtengan sus propias conclusiones a partir de ellos, contrasten resultados y comprendan los procedimientos de una investigación científica real, además de aprender sobre un fenómeno muy poco común y espectacular", dice Luis Bellot, uno de los organizadores del IAC. Él y sus colegas se prestan a resolver cualquier duda a la hora de preparar la experiencia.Las previsiones sobre la lluvia de meteoros este año son muy buenas. Los investigadores creen que se alcanzarán los 1.000 meteoros por hora, algo no visto desde hace décadas: "Un espectáculo único que no podemos perdernos", dice Bellot. El año pasado hubo unos 350 meteoros por hora.
Los datos recogidos por los alumnos podrán enviarse al IAC. El postre del proyecto será la publicación de un artículo sobre las Leónidas en una revista de divulgación española elaborada con la información recibida. Para participar, hay que enviar al instituto canario (vía Internet) los datos del centro, una lista de participantes y una breve descripción de los planes de observación.
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