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La hora violeta

Cuando la semana pasada Manuel Chaves se comprometió públicamente a nombrar un gobierno la mitad de hombres y la otra mitad de mujeres -si vuelve a ganar las elecciones autonómicas-, la reacción más común en los dirigentes del PSOE fue de sorpresa e incredulidad. Frases como "ya veremos" o "él sabrá" fueron las más frecuentes y, si bien es cierto que la noticia ha sido bien acogida, no se puede hablar de entusiasmo. El presidente de la Junta y secretario general del PSOE andaluz escogió unas jornadas organizadas por la secretaría socialista de la mujer, cuyo lema, Mucho hecho, mucho por hacer, parecía premonitorio: "El Gobierno socialista que salga estará constituido al 50% de hombres y mujeres". Manuel Chaves tuvo la cautela de salvaguardar su compromiso: afectará sólo a su partido, de modo que si el resultado de las urnas le obliga de nuevo a formar un ejecutivo de coalición, tendrá un margen para no dar cumplimiento estricto de su promesa, como ya ocurriera en 1996.En las pasadas elecciones, el socialista también escogió un acto de campaña con todas las candidatas del PSOE al Parlamento andaluz, Congreso y Senado para asegurar que nombraría a más consejeras. Pero no lo llevó a efecto: tres mujeres se sentaban en el Consejo de Gobierno en la IV legislatura (Magdalena Álvarez, Carmen Hermosín e Inmaculada Romacho) y tres se sientan en el de ahora (repiten las dos primeras y Carmen Calvo) frente a diez hombres. ¿Por qué no creció la cuota femenina entonces? Por el pacto de coalición con los andalucistas, argumentó el presidente. Y también (y eso lo silenció) porque hubo algunas, la mayoría no afiliadas al PSOE, que le dieron calabazas.

El escepticismo con el que los socialistas han acogido la propuesta es mayor entre los varones. En el pleno de la ejecutiva del PSOE celebrado el pasado lunes, un dirigente expresó en voz alta su incertidumbre acerca de la viabilidad de la promesa. Chaves hizo oídos sordos. Cuando se le pregunta a los hombres de la dirección qué opinan de la propuesta, no muestran admiración alguna: levantan las cejas, abren los ojos y afirman: "Si él lo ha dicho...". Es una forma de cuestionar si hay tantas mujeres en el PSOE como varones para ocupar puestos de responsabilidad.

Las dudas de las mujeres socialistas son otras. No ponen en cuestión su valía, sino su capacidad de decisión y, al igual que sus compañeros, les gustaría saber si cuando Chaves lanza el reto está pensando en ellas o, por el contrario, en las del entorno del partido, es decir, en las independientes. En teoría, en el PSOE se aplaude la incorporación de socialistas sin carné, pero en la práctica no gusta que las personas que ejercen una responsabilidad de gobierno estén al margen de la disciplina de sus siglas. Y respecto a la autonomía de decisión, una veterana del partido apunta: "Hemos tenido la cuota del 25% cuando ellos han querido; del 40%, también cuando ellos han querido, y ahora, el 50%, otra vez porque ellos han querido. Aquí lo que tiene que haber no son sólo consejeras, sino que una mujer ocupe la secretaría de Organización o la secretaría general, osea el poder orgánico. ¡Y que vayan ellos a las jornadas de mujeres, que nosotras ya nos lo sabemos!".

La responsable del área de la mujer, María José Calderón, no vacila a la hora de calificar como "magnífica" la iniciativa de un gobierno paritario, y aplaude el que sea la persona que tiene la responsabilidad de nombrar consejeros la que "haga una apuesta decidida, que supone un avance muy importante" sin tener que cambiar los estatutos internos del PSOE.

En el principal partido de la oposición, que está vez lleva el cartel de una mujer a la presidencia de la Junta, la popular Teófila Martínez, no se ha valorado aún el impacto electoral que puede tener el órdago del dirigente socialista. El secretario general del PP, Javier Arenas, dijo ayer que la paridad de sexo en un gobierno "ya está anticuada", y que esa línea política la aplicó su partido en las pasadas elecciones.

Los socialistas han pasado de autoimponerse una cuota femenina en sus listas y cargos orgánicos del 25% a la actual de que ningún sexo tenga más del 60% ni menos del 40%. Manuel Chaves ha ido más allá, y ha defendido que las candidaturas próximas también sean al mismo porcentaje, y que al menos una de las listas al Congreso o el Parlamento andaluz empiece por nombre de mujer. Está claro: en el PSOE ha llegado la hora violeta.

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