Pobre perro
NEGRITASMARÍA HERNÁNDEZ MARTÍNo se lo creerán ustedes, pero en Málaga siguen apareciendo grietas y más grietas, que, como el fantasma aquel que recorría el mundo en tiempos de Marx y Engels, avanzan inexorablemente por los palacios de los deportes, los túneles, las carreteras... Aunque Francisco de la Torre, sufrido concejal de Urbanismo -y, a estas alturas, capaz de asesorar a la UNESCO en calidad de experto internacional en grietas-, ha asegurado que el asunto del túnel de la Alcazaba no tiene mayor importancia. Que las fisuras discurren sobre una obra complementaria, destinada a embellecer el entorno. Y que no, hombre, que no se puede decir que una vivienda esté dañada porque aparezcan unas cuantas grietas en la caseta del perro. Pues que le pregunten al perro, que probablemente tenga otra visión del problema y se pase las noches recitando "Oh mísero de mí, oh infelice", y esperando, con las orejas encogidas, que el techo se le venga encima. Ah, pero ahí está José Luis Portillo, concejal de Izquierda Unida, para defender los derechos de este pobre perro, y, con la avasalladora convicción de los señores de los anuncios, esos que han probado todos los detergentes del mercado y han llegado a una conclusión irrebatible, declarar: "Se demuestra que, con el PP, las obras salen más caras y se construyen peor". Y perjudican a los perros, señor Portillo, dígalo usted. No le faltarán apoyos. Por ejemplo el de Carlos Morales, delegado de Obras Públicas de la Junta, que, hablando del agrietamiento/hundimiento del Camino de Antequera, ha criticado la "debilidad" de la dirección técnica de las obras municipales, y ha advertido que, si la cosa sigue así, el PP "va a conseguir que ninguna empresa constructora quiera trabajar con él". Imagínense qué drama, ese pobre Ayuntamiento condenado al ostracismo, sin una constructora que llevarse a la boca ni un perro que le ladre.
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