Un panorama más despejado

El año 1999 se puede dar prácticamente por perdido en la lucha contra la inflación, pero hay más elementos a favor que en contra de que los precios se puedan controlar en los próximos meses. La principal amenaza es la evolución de los precios del petróleo, que esta semana han rozado el nivel de los 25 dólares por barril, el máximo desde el año 1996.Casi todo lo demás debería pesar a favor. La subida del precio del dinero, decidida la pasada semana por el Banco Central Europeo (BCE), hasta el 3%, ha de suponer un cierto freno a la demanda de créditos y en consecuencia, al crecimiento del consumo. El grueso de la rebaja del impuesto sobre la renta se ha centrado en 1999, por lo que en el año próximo también podría haber menos alegría en el gasto familiar.

La sequía del último año parece remitir, así como los efectos de las crisis de las vacas locas y de las dioxinas en los pollos. De las recientes medidas del Gobierno, sólo resta esperar el efecto de la rebaja de las llamadas telefónicas locales, que entró en vigor en noviembre, aunque según las previsiones oficiales, apenas permitirá reducir cinco centésimas el IPC de ese mes.

Por otra parte, el Instituto Nacional de Estadística introducirá cambios en la composición del Índice de Precios al Consumo (IPC) en enero próximo, en principio para dar mayor peso a los sectores donde existe mayor competencia. Según algunos cálculos, esas modificaciones podrían reducir en una o dos décimas el IPC.