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CULTURAREHABILITACIÓN DEL EDIFICIO

El teatro Principal de Castellón se viste de gala para su reapertura

María Fabra

Por fin, ayer, se volvió a levantar el telón del teatro Principal de Castellón, después de las labores de rehabilitación y adecuación a las que ha sido sometido durante el último año. Ya de titularidad pública, después de la compra del edificio por parte de la Generalitat Valenciana, la actuación de la English Chamber Orchestra, agrupación integrada por una treintena de intérpretes, fue la que abrió esta nueva etapa del teatro.Sin embargo, el hecho de que las casi 700 plazas del teatro fueran cubiertas por rigurosa invitación, tramitadas desde la Presidencia de la Generalitat Valenciana, convirtió el gran evento en un acto social en el que las bajas temperaturas contribuyeron a darle más boato a los privilegiados que obtuvieron una entrada. Al final, resultó que sólo se ocuparon 625 localidades. Había en el recinto varias decenas de butacas vacías.

Entre las invitaciones se tramitaron algunas destinadas a asociaciones de vecinos y de jubilados, así como colectivos relativos al mundo del arte. Pero los grandes focos, ubicados a la entrada del inmueble, llegaron a cegar la auténtica satisfacción de los castellonenses por la apertura del centenario edificio.

El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, asistió a la reinauguración del teatro Principal, acompañado por los consejeros de su gobierno José Luis Olivas, Manuel Tarancón, Vicente Rambla y Fernando Castelló. La presidenta de las Cortes Valencianas, Marcela Miró, también estuvo presente en el acontecimiento.

Con el supuesto objetivo de paliar la selección de asistentes a la actuación se han previsto, por el momento, dos jornadas de puertas abiertas en las que los castellonenses, en general y aquellos que lo deseen, podrán presenciar otras actuaciones musicales, no de la English Chamber Orchestra, sino de la Orquesta de Valencia y de la banda municipal de música de la ciudad de Castellón.

La orquesta de cámara de Londres interpretó, bajo la batuta de Nicholas Kraemer y con la actuación como solista de Isabelle Van Keulen tres piezas. Tanto la overtura L"Italiana in Algeri de Rossini como el concierto para violín número 2 en mi menor Opus 64 de Mendelssohn y la sinfonía número 35 en re mayor Haffner de Mozart fueron aplaudidas, de forma entusiasta por el público.

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