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La cúpula de la federación ocultó a Jennifer Hermoso el protocolo frente a la violencia sexual tras el beso de Rubiales

La jugadora cuenta en la Audiencia Nacional que nadie le explicó cuál era el procedimiento interno del organismo para hacer frente a situaciones de acoso, que hoy en día sigue siendo el mismo pese a no haber funcionado entonces

Ex jefa de prensa de la RFEF Patricia Perez
La jefa de prensa de la selección femenina, Patricia Pérez, al salir de la Audiencia Nacional este lunes.Chema Moya (EFE)
Diego Fonseca Rodríguez

A la futbolista Jennifer Hermoso nadie le explicó cuál era el procedimiento interno con el que contaba la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para hacer frente a casos de violencia sexual como el que ella había sufrido en Sídney el 20 de agosto de 2023, cuando Luis Rubiales, el entonces presidente del organismo, le dio un beso en la boca durante la ceremonia de premios del Mundial que la selección española acababa de ganar al tumbar a Inglaterra en la final. “Yo no tenía conocimiento de ningún protocolo de acoso, ni que ese protocolo prohibía besar a sus trabajadores”, ha dicho este lunes Hermoso en la sede de la Audiencia Nacional. Allí ha empezado esta mañana uno de los juicios que mayor expectación mediática ha generado dentro y fuera de España, en el que Rubiales está acusado de un delito de agresión sexual a la deportista y otro de coacciones por las supuestas presiones que impulsó para tratar de que ella justificara su comportamiento en público.

—¿Conocía usted el protocolo antiacoso y antiviolencias sexuales que se aprobó un poquito antes del Mundial? —le ha preguntado a Hermoso la teniente fiscal Marta Durántez en el inicio del interrogatorio.

—No, nadie nunca nos informó —ha contestado ella.

—¿No les informaron a las jugadoras?

—No.

El protocolo antiacoso es un mecanismo de protección que el Consejo Superior de Deportes (CSD) obliga a todas las federaciones a implementar. El que está vigente en la RFEF se aprobó el 27 de junio de 2023, justo antes de la Copa del Mundo de Australia y Nueva Zelanda, pero Hermoso ha explicado que jamás supo de él pese a que esa era la vía con la que contaba el organismo federativo para hacer una especie de autoevaluación y depurar responsabilidades. Este reglamento jamás se puso en marcha con garantías para la víctima, como ha quedado acreditado este lunes en el inicio de la vista oral, en la que han declarado la jugadora y dos testigos: Ana Álvarez, entonces directora de fútbol femenino, y Patricia Pérez, jefa de prensa del equipo. Sin esa posibilidad, a Hermoso solo le quedaron dos opciones para denunciar los hechos: la vía administrativa ante el Tribunal Administrativo del Deporte, y la vía penal con una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, el paso que finalmente dio el 5 de septiembre de 2023.

—¿Ningún miembro de los que están acusados le ofreció o le habló sobre la posibilidad de poner en marcha el protocolo de acoso, como dice el propio protocolo de acoso? —le ha interrogado María José López, la abogada que ejerce la acusación particular del sindicato AFE.

—“No. Y yo lo supe después, cuando ya [Miguel] García Caba [entonces director de integridad de la RFEF] me dice de hacer este protocolo, pero nunca me dice de qué protocolo se trataba. Y nunca supe si en la federación estaba marcado un protocolo de acoso, porque la verdad nunca nos dieron ninguna reunión ni nada informándonos sobre esto” —ha respondido.

Hermoso, según ha relatado, se sintió “desprotegidísima”. El protocolo establece en el punto 6 que la RFEF debe designar un delegado que “lidere toda la estrategia de protección de las deportistas en la entidad”. “Deberá ser una persona cercana y tener formación específica en materia de prevención de la violencia sexual”, explica el documento. En el Mundial esa figura recayó en el psicólogo del equipo, Javier López Vallejo, pero la jefa de prensa de la selección ha dicho que “no tiene noticia” de que se activara el mecanismo en la federación.

La jugadora también ha narrado cómo Rubén Rivera, entonces responsable de marketing y acusado de un delito de coacciones, le dio un teléfono para que hablase con García Caba para participar en un “proceso de protocolo de la federación”, es decir, sin especificar exactamente de qué se trataba. “[Él] me dijo que no estaba obligada, pero que había que hacerlo porque es un protocolo interno de la federación y faltaba mi parte para decir lo que había pasado”, ha señalado Hermoso.

García Caba, sin embargo, redactó un informe como responsable del departamento de integridad que exoneraba a Rubiales al calificar el beso como un tema “sin importancia” y “anecdótico” sin siquiera escuchar el testimonio de la futbolista. Para que eso sucediera, la cúpula de la federación se encargó de no activar el protocolo, que ni siquiera se había difundido entre los trabajadores del organismo, tal y como establece el artículo 5: “Sin perjuicio de las medidas de prevención específicas que se adopten, es fundamental que todas las personas vinculadas a la RFEF sean informadas acerca de la existencia del protocolo de actuación. En este sentido, el/la delegado/a de protección, promoverá la sensibilización del personal, de los/las deportistas y de las familias, a través de la información y la difusión regular de material educativo relacionado con la prevención de la violencia sexual”.

El informe redactado por García Caba no solo llegó sin hablar siquiera con Hermoso, sino que además se presionó a trabajadores de la federación para que suscribieran una versión que protegiera a Rubiales. El 22 de agosto de 2023, cuando estaba en la peluquería, la jefa de prensa de la selección fue llamada a declarar ante el departamento de integridad, pero antes de acudir a la sede de la entidad —la Ciudad del Fútbol, en Las Rozas— ya recibió las preguntas y las respuestas que querían que diera. “Ponían que yo había hablado con Jenni Hermoso, y que Jenni Hermoso le había quitado hierro al asunto cuando yo no había tenido ningún tipo de conversación con Jenni Hermoso ni después del beso ni en ningún momento”, ha contado la periodista, que tuvo que editar las contestaciones.

Patricia Pérez, según su relato, entró en un despacho de la tercera planta de la RFEF en el que no estaba García Caba, sino otras ocho personas: Rubiales, su padre, su jefe de gabinete, “un amigo íntimo de la infancia”, el exjefe de comunicación Pablo García Cuervo, el subdirector de comunicación Enrique Yunta, el psicólogo de la selección femenina y el recién renovado entrenador de la masculina, Luis de la Fuente. “Tuve claro que eso era una encerrona”, ha dicho. “El presidente [Rubiales] dice que yo añada frases, como que Jenni Hermoso lo alzó a él y le dio dos cachetadas en el costado. Yo le digo que es imposible desde mi ubicación en el campo que yo viese nada de eso”, ha añadido Pérez.

El protocolo frente a la violencia sexual de la RFEF que no se siguió entonces aún es el mismo pese a que la Inspección de Trabajo y Seguridad Social ordenó en marzo de 2024 al organismo elaborar uno nuevo tras una auditoría en la que detectó numerosos fallos en materia de igualdad. En el documento, Andreu Camps, uno de los hombres fuertes del rubialismo, aún aparece como miembro del comité asesor que debe intervenir cuando hay una denuncia a pesar de que no forma parte de la entidad desde el 20 de septiembre de 2023, cuando fue despedido. La dirección de correo indicada para denunciar situaciones de acoso, que al menos hasta marzo del año pasado estaba mal escrita en el documento, sí se ha corregido, según ha comprobado este periódico. La federación argumenta que no se ha modificado el protocolo porque el que existe cumple la normativa.

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Sobre la firma

Diego Fonseca Rodríguez
Es redactor en la sección de Deportes de EL PAÍS, en donde ha estado en otras secciones. Antes trabajó en Efe, Cadena SER, ABC y Faro de Vigo. Es licenciado en Periodismo por la USC, Máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo EL PAÍS. En 2021 obtuvo el Premio Lilí Álvarez de Periodismo.
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